EL CURITA QUE TOMÓ PARTIDO POR LOS MORROPANOS, AUNQUE LO ENJUICIEN.

Muchos morropanos recordamos con cariño al Padre Eduardo Chapman Lavalle, como fundador del Colegio Santa Rita, y también como una buena persona que entregó su vida al servicio de los más necesitados, pero también es recordado con nostalgia por los hombres de esta tierra de sol, de labriegos y de espigas. El Padre Eduardo llegó a Morropón en octubre de 1964, cuando tenía 47 años de edad, cinco años antes de la Reforma Agraria, para entonces ya conocía y era amigo de muchos agricultores y por tanto conocía sus necesidades tanto como entendía la pobreza en la que muchas familias vivían, por eso no dudó nunca en luchar junto a ellos por la expropiación de las Haciendas Morropón y Franco.  Comparto con ustedes esta publicación, que da cuenta del valor y coraje que demostró el Padre Eduardo para convertirse en benefactor y defensor de nuestro Morropón, antes recordemos un poco la historia:
A partir del año 1969, durante la dictadura de Juan Velasco Alvarado, el gobierno peruano implementó una serie de medidas con el objetivo de transformar el panorama social del país, a través de un cambio en el sistema de distribución de la riqueza, particularmente del régimen económico y el de propiedad de la tierra. Una de tales medidas fue la promulgación del Decreto Ley No. 17716 (Ley de Reforma Agraria) con fecha  24 de junio de 1969, el cual tenía el objetivo de transformar la estructura de titularidad de tierras del país y sustituir los regímenes de latifundio y minifundio por un sistema de redistribución equitativa de la propiedad rural. La reforma agraria se llevó a cabo a través de expropiaciones de predios rústicos. Dichos terrenos, cuyos propietarios eran tanto personas naturales como jurídicas, pasaron en un primer momento a ser de dominio estatal, y luego fueron distribuidos entre campesinos y pequeños agricultores organizados en cooperativas y sociedades agrícolas.​ Las personas expropiadas obtuvieron el derecho a ser indemnizadas según una tasación realizada por el Estado, y sobre
En los años siguientes, alrededor de 11 millones de hectáreas fueron adjudicados a cooperativas y comunidades campesinas. Dos tipos de cooperativas fueron formados: las cooperativas agrarias de producción (CAP) y las sociedades agrícolas de interés social (SAIS). Las CAP fueron formadas en las haciendas agrícolas de la costa como propiedad colectiva de los trabajadores agrícolas. Las SAIS fueron organizadas en las haciendas ganaderas de los Andes como combinación de cooperativa de trabajo asalariado y comunidades campesinas tradicionales.
El distrito de Morropón, no era ajeno a este suceso, pues existían las Haciendas Morropón y Franco de propiedad de la Inmobiliaria Moscalá S.A. Un grupo de agricultores pidió la expropiación de estas tierras, pero por esta acción, fueron denunciados algunos de los solicitantes, sin embargo el R. P. Eduardo Chapman se solidarizó con ellos, tal como lo detalla la siguiente nota, publicada en un diario de circulación regional de aquellos años (entre 1968 o 1969)
CURITA TOMA PARTIDO POR LOS MORROPANOS AUNQUE LO ENJUICIEN
“Quiero también ser  enjuiciado, porque defiendo una causa social justa”, dijo desde el púlpito el pasado domingo, el párroco de Morropón, R. P. Eduardo Chapman de la Orden de San Agustín.
El religioso, en esa misma oportunidad, y ante una congregación de católicos de todos los niveles sociales de Morropón, dio lectura a una carta en la que, en forma clara, serena y valiente, defendía la posición adoptada por las autoridades del lugar con relación al pedido en actual estudio y discusión en las Cámaras del Congreso Nacional, en el que solicita que las haciendas Morropón y Franco, de propiedad de la Inmobiliaria Agrícola Moscalá .S.A. Sean íntegramente parceladas en aplicación de la Ley de la Reforma Agraria.
El pronunciamiento tan valiente y noble, causó revuelo en el distrito.
El comentario popular fue en el sentido de que “su pastor no rehuía responsabilidades y `refría correr la misma suerte que su grey”
“Quisimos aplaudirlo, pero por respeto al templo no lo hicimos”, dijeron muchos.
EXPROPIACIÓN
La demanda de expropiación de las haciendas Morropón y Franco data de mucho tiempo atrás.
En la actualidad está en discusión en las Cámaras Legislativas.
El representante de la Negociación Agrícola, según dijo el propio párroco indicó desde el púlpito de la iglesia “ha enjuiciado ante los tribunales a varios de los firmantes de un documento que suscribieron el pasado 9 de febrero” en el documento pedían la “Expropiación y Parcelación total de Morropón y Franco”.
Ocho de los firmantes del documento han sido enjuiciados, excluyéndose a otros, entre los que está el párroco. Casi todos son autoridades. Se sabe que han sido ya cursadas las citaciones de comparendo ante el Juzgado de Instrucción, por el delito de difamación y exigiendo reparación civil.
REACCION
En Morropón, los moradores han hecho causa común que su párroco. Se sabe que se han iniciado un movimiento general para respaldarlo, y que se disponen a luchar con ahínco y sin desmayo, hasta conseguir tierras de cultivo para quienes las necesitan y puedan atenderlas.

El Concejo de Morropón, en sesión extraordinaria del sábado 26 de abril de 1969, declaró al Padre Eduardo Chapman, “BENEFACTOR Y DEFENSOR DEL PUEBLO MORROPANO.

JOSE LUIS CARLIN RUIZ, 2019.




Hablar de Tondero, es hablar de Morropón, para nosotros ambos términos, son sinónimos, el tondero es como nuestra alma, corre en la sangre desde nuestra procreación y si no se ha nacido en esta tierra, pero vives buen tiempo acá, el tondero penetra tu piel hasta sentirlo tan tuyo como un hijo más de Morropón.
El tondero, nació en Morropón, aquí en estas tierras, aquí se alzaron y agitaron elegantemente los pañuelos, el varón se sacó el sombrero ante la belleza de una dama, varón y mujer zapatearon descalzos al suelo, aquí se forjó una joya llamada tondero.
Fue durante los años 1705 a 1708, durante la época del hacendado, la convivencia de españoles, de indios, de negros esclavos y la presencia de gente de nuestra serranía, dieron lugar a una nueva cultura en esta zona del país. Los indios reducidos, los negros esclavizados, no tuvieron más opción que la de aprender a vivir en sus nuevas condiciones, y en este escenario de días de campo, de noches bajo la luna, entre historias y recuerdos, los antes libres, dieron rienda suelta a sus ritmos, a su arte, a sus sentimientos, reunidos en sus horas de descanso, a escondidas del patrón tal vez, armaban su propia fiesta; entre anécdotas, entre cumananas, entre versos, penas y alegrías, y haciendo uso de una lapa como único instrumento con su clásico pom pom o tum tum nacía el tondero aquí en Morropón, un baile de pareja, único en el cual el varón corteja constantemente a la mujer y en cuyos pasos se veía la galantería del varón intentando conquistar a la mujer y ella mostraba su coquetería, su garbo, sin dejarse "atrapar".
Años después el tondero era bailado al son del arpa pero con la misma picardía y salero de sus primeros días.
El escritor Carlos Espinoza León, natural de Chulucanas, escribió un cuento, en 1985 llamado “Los  Tutunderos”, negros traídos por un hacendado hacia 1865, y a través del cual, le atribuye el origen del Tondero  a las Lomas.
Espinoza León, al parecer, basa su cuento en la afirmación de Manuel Acosta Ojeda, quien en su libro “Aportes para un mapa cultural de la música popular del Perú” opina, respecto al nombre TONDERO, que éste puede venir del Tu tun dé, sonido reproducido por el golpear rítmico sobre toneles vacíos. Los mismos que habían sido construidos por orden del gamonal ecuatoriano para cuando el rio Chipillico traía poca agua, poder almacenarla y que cuando estos estaban vacíos los “tutunderos” los golpeaban rítmicamente. En este caso, solo se está haciendo referencia a la onomatopeya del sonido  tu tun dé,  tu tun dé.
Por tanto no puede atribuirse el origen de nuestro baile a un distrito como las Lomas, sólo por lo que imagina un relato.
Otro elemento importante para descartar fehacientemente la teoría de que el tondero nació en las Lomas, es la propia historia de este distrito cuyo territorio actual pertenecía a la hacienda Suipirá. “En 1827 el dueño de esta hacienda era el español Vicente María Fernández de Otero. Además este español era propietario de las haciendas de Chipillico, Curban y Pelingará. En la hacienda Suipirá, Fernández de Otero utilizaba el trabajo de los campesinos y de los negros esclavos. Años más tarde, en 1867 el ecuatoriano José Ángel Palacio, dueño de esta hacienda, trajo de Loja (Ecuador) varios esclavos con sus familias, de procedencia jamaiquina, quienes construyeron sus vivienda en las faldas de las lomas, ubicadas en la margen izquierda del río Chipillico, popularizándose así el nombre de “Negros lomeños” o los que viven en “las lomas”. En la margen derecha de este río en las terrenos de la hacienda Yuscay de propiedad de Francisco Burneo, vivían campesinos procedentes de Chulucanas y Morropón”. (Si tenemos en cuenta las fechas, es más probable y seguro que los morropanos llevaran el tondero a esos lugares)
El profesor Carlos Arrizabalaga de la UDEP, en un artículo publicado en el 2012, nos recuerda que "López Albújar  cuenta al tondero entre los ritmos que supone que se bailaban en la época  en que transcurre su novela “Matalaché”, ambientada en 1816, pues José Manuel, en medio del desafío, “la emprendió con la música de la tierra, con los tonderos morropanos, de fugas excitantes”.
También nos dice, y este dato es clave, que la señora Pina Zúñiga de Riofrío, en su libro “Música y danza folklóricas de Piura” escrito en 1984, asegura que el tondero habría sido creado hacia el año 1708 en las haciendas de Morropón, a partir de los ritmos de los “mangaches”. Sin embargo no habrían sido con los mangaches llegados desde Madagascar, que nació el tondero, sino mucho tiempo atrás, ya que en la zona de Morropón trabajaban ararás, congos, angolas y caravelíes, tal como se muestra en el contrato de alquiler que hizo el capitán don Juan de Sojo al capitán Juan de Palacios, en 1705, del trapiche de Morropón “con sus tierras, pastos y abrevaderos”
El tondero nació entonces hace más de tres siglos, teniendo en cuenta estos datos, puedo concluir que el tondero nació 152 años antes de la creación del distrito de Morropón, y desde su nacimiento hasta nuestros días han pasado más de 300 años, tan antiguo, propio y morropano nuestro tondero.
En el poema “Los Pitingos”, López Albújar dice: “a un tiempo punto / pónenle un tondero / de esos que son; / solo Guaragua y meneo…". Con esto nos damos cuenta que cuando dice: “a un tiempo punto…” se está refiriendo que al andar los pitingos que cruzaban el Río corral del medio se detenían en nuestro pueblo, en algún chicherio o en la plaza y era aquí donde se contagiaban de la alegría y se bailaban un tondero.
Con el pasar del tiempo, ya siendo Morropón distrito, estoy hablando de 1857, hombres y mujeres que regresaban de la faena agrícola, quedábanse en el “Socavón”, entre el aroma de una refrescante chicha y con el “pom pom pom” de un cajón y el bordoneo de una guitarra, bailábanse un tondero… (Es posible que el cajón y la guitarra hayan tenido presencia desde 1850)
Recién en 1955, 98 años después de que Morropón fue declarado como distrito la Señora Zelmy Rey, Profesora de Danzas Folklóricas y trujillana de nacimiento, “llega a Piura directamente a la Ciudad de Morropón”, en un inicio consideró que el Tondero era una Marinera Norteña “mal bailada”; tiempo después de recoger información y de observar los pasos, lanza sus primeras teorías entre ellas “definió coreográficamente al tondero como un baile de pareja y contrapunto, erótico sin reglas de interpretación…”.
Años más tarde el tondero “llevado” de Morropón, era parte de la gama de bailes o danzas de las academias, naciendo recién, estilos coreografiados como el Tondero de Piura, el Tondero de Catacaos; etc.
En el libro "Historia del Tondero de Campos Albarrán, nos dice que por ejemplo la Academia Zelmy Rey "ha procurado mostrar al público un "Tondero Piurano", es decir un "tondero promedio" de este departamento. Para ello han recopilado pasos y figuras de Morropón, Catacaos y otras localidades".

Morropón es la Cuna del Tondero, ya tenemos muy claro que el tondero nació en Morropón, hace más de tres siglos, y nos preguntamos cómo llegó a expandirse por todo el norte, en una publicación denominada "Historia del Tondero" de Campos Albarrán nos dice que el tondero nace en nuestras tierras e “inicia su influencia por el lado de la sierra Santo Domingo, Chalaco, llega a Buenos Aires, atraviesa fronteras de la región para llegar a Morrope, Olmos, Monsefú y Zaña y por último hacia el norte termina su influencia en la comunidad de Lucuto.
Posteriormente lo hace en la zona del Bajo Piura comprendiendo Catacaos, Sechura, La Arena, la Unión, Comunidad de Yapato, Narihualác  y  el mismo Piura. Luego también en la zona del medio Piura”.
Recientemente en el año 2016, el Gobierno Regional de Piura a través de la Ordenanza Regional N° 374-2016/GRP-CR, en su CONSIDERANDO, reconoce al año 1708, como fecha de creación del Tondero en las haciendas de Morropón.
El tondero nació en la vieja hacienda morropana, por tanto e indiscutiblemente su cuna es y será por siempre, Morropón.


JOSE LUIS CARLIN RUIZ, 2019


EL MUNICIPIO DE MORROPÓN Y SUS LUCHAS POR LA AUTONOMÍA Y CIUDADANÍA POLÍTICA


En 13 de agosto de 1867 el presidente de la Comisión de Demarcación Territorial del Congreso del Perú remite una respuesta escrita a la solicitud presentada por el Síndico del pueblo de Morropón. Entre los elementos que destacan en este informe se encuentran los siguientes: Por Decreto Dictatorial de 18 de agosto de 1866 se elevó a los pueblos de Morropón, Yapatera, Tambogrande, Suyo y Salitral de «reducción» a la categoría de «pueblo». Se trata de un reconocimiento político administrativo que hace el Estado de un tipo particular de agrupación humana organizado en un microterritorio administrado por un grupo poblacional al interior de una hacienda, asignándole la instancia de autogobierno y la obligación de elegir a sus autoridades y mantener la subordinación a la autoridad y mandato del prefecto provincial. El informe precisa que estos agrupamientos humanos son pueblos que tienen las condiciones para «gozar de los derechos políticos señalados por las leyes… que (tienen) una municipalidad, gobernador, jueces de paz, un cura propio, un considerable número de casas y una población de cerca de cinco mil habitantes».
 En el documento se precisa que «la Dictadura practicó un acto de verdadera justicia emancipando, por decirlo así, a esos habitantes del pupilaje en que se encontraban respecto del propietario del fundo» (Macera, 2000: 30-31).
Estamos frente a una reforma política en la que el Estado expropia a la hacienda una parte de sus tierras con la promesa de una indemnización previa tasación en los territorios del Alto Piura. Esta ley precisa la elevación del rango administrativo de caserío a pueblo para asegurar los derechos constitucionales favorables a un conjunto de familias de colonos campesinos y propietarios rurales aglutinados desde finales del siglo XVIII en un microespacio territorial centralizando sus viviendas y negocios agrícolas alrededor de una capilla erigida por orden del obispo Martínez de Compañón. En este proceso de estatización de un sector de la hacienda de Morropón, interviene y realiza las mediciones un ingeniero designado por el Estado y se registra la presencia y actuación del prefecto de Piura, don Ramón Díaz.
 El 12 de noviembre de 1866, se realiza el acto festivo de entrega y posesión del terreno a la agencia municipal y a las autoridades locales. Luego prosigue el trámite administrativo y judicial. Aquí el Síndico Procurador de Morropón solicita mediante un escrito la tasación del terreno y la actuación de un perito. Esta vez el hacendado se resiste, no designó el suyo y por el contrario se negó a colaborar con lo ordenado por el presidente Manuel I. Prado. Pero esto no impidió que en la tesorería departamental las gestiones del pueblo de Morropón avancen; se realiza la tasación y se deposita su valor.
Frente a estas iniciativas apoyadas por los funcionarios de gobierno, el hacendado se resiste organizando un pequeño batallón de hombres armados para la destrucción y quema de casas y a empeñarse en desalojar a los colonos de sus chacras. Estas acciones buscan que la población de colonos campesinos y propietarios rurales abandonen el sitio de Moscalá y se asienten en otro lugar distinto. La resistencia campesina es violenta. Al interior del pueblo se han reforzado los lazos sociales y la identidad grupal alrededor de un templo católico. Las autoridades municipales movilizan a sus vecinos para reconquistar un espacio agrario que les permita reproducir sus bases materiales y acumular pequeñas fortunas ya que Morropón es un sitio clave para articular los negocios de las casas comerciales nacionales y extranjeras asentadas en la ciudad de Piura y articuladas a los pueblos yungas y serranos de Frías, Santo Domingo y Chalaco (López, 2007: 42-71). En efecto, aquí interviene don Federico Manrique, diputado por Piura, quien el 12 de julio de 1867 exigirá a las autoridades nacionales para que el Congreso efectivice la ley de 18 de agosto de 1866 y se cumpla lo ordenado por la Suprema Resolución del Congreso de Huancayo de 1839; se trata de dos recursos jurídicos favorables al pueblo de Morropón. Medio año atrás, don Ramón Díaz, en su calidad de prefecto de Piura, informa por un escrito de 12 de noviembre de 1866 que él había cumplido con lo ordenado por la ley de 18 de agosto de 1866. Esta vez precisa que el terreno asignado al pueblo mide 763.7 metros de latitud por longitud y que sus límites fronterizos llegaban a la casa de Victoriana Giménez, con una acequia, una loma y casas de Enrique Castro, Juan Manuel Carnero y el cerro de Sondorillo.
Esta lucha por la tierra enfrenta dos concepciones ideológicas sobre el proceso de construcción de la República. En la región de Piura, don Manuel Mariano Ramírez, síndico del pueblo de San Ignacio de Morropón solicita que el Estado los proteja y cancele la indemnización al dueño de la hacienda. De otro lado, el propietario de la hacienda, don Pedro Arrese, pugna por conservar la integridad de sus tierras apoyado por abogados y una fuerza armada rural. En su desesperación por quebrar la voluntad incólume de los habitantes del pueblo de Morropón practica una simulada generosidad, ya que ofrece a cambio de las tierras de Moscalá otro sitio llamado «Valdivia», un espacio calificado de pantanoso y epidémico para la vida de las gentes del campo. La denuncia de Manuel M. Ramírez es radical y precisa que los pueblos de Morropón, Chulucanas y Salitral «han gozado desde muy atrás de los derechos políticos señalados por las leyes (tienen) su municipalidad, gobernador, jueces de paz, cura… que (ejercen) sus funciones de autoridades allí constituidas… No puede dejar de ser independiente un pueblo cuyas autoridades necesitan libertad para funcionar y no proceder bajo la tutela del duro coloniaje, sujetándose a los caprichos o conveniencia de un feudalismo injustificable» (Macera, 2000: 33).
Frente a esta posición Arrese renueva sus recursos legales y trata de imponer el miedo usando la violencia y la fuerza física contra los vecinos que apuestan por el «pueblo»; llega incluso a denunciar a los habitantes del pueblo de haberse amotinado contra el hacendado y su arrendatario don Toribio Seminario acusándolos de «ladrones y criminales». Este último personaje había sido autorizado para organizar y movilizar a un grupo armado con gente del campo y de la ciudad de Piura.
La resistencia de los vecinos y de las autoridades se acrecienta y crecen las denuncias contra los Arrese. Este será acusado de asesinato por los familiares de Tomás Moreno quien murió atacado a machetazos por Catalino González, mayordomo de la hacienda de Morropón, el 20 de agosto de 1867. Otro mayordomo llamado Telémaco Pérez será acusado de amedrentar y obligar a abandonar el pueblo a don Juan Manuel Carnero, juez de Paz del distrito de Morropón. Este a su vez denunció que había sido despojado de su «inverna» (valorizado en 8 mil pesos) y de su casa (más o menos 2,000 pesos). No debemos confundir el distrito con el pueblo y la hacienda de Morropón.
Estamos pues frente a un poblado rural que concentra y centraliza a cientos de campesinos colonos y propietarios rurales en un microespacio urbano, que ahora se ocupan de la explotación de sus pequeñas y medianas propiedades y terrenos del distrito y poblado rural de Morropón, antiguamente llamado Moscalá (también Moscalaque). Es un núcleo urbano que asocia a trabajadores colonos, yanaconas y pequeños y medianos propietarios rurales y comerciantes. No se trata solo de campesinos asalariados y arrendatarios de la gran propiedad de Morropón, Buenos Aires, Franco y Pabur.10 El ámbito territorial del distrito comprende la hacienda de Morropón, Payba y Franco. Al interior de cada una de estas propiedades se asientan, en lugares dispersos, las familias de colonos y asalariados rurales. El distrito tiene una población total de 4,024 habitantes. La hacienda concentra una población aproximada de 2,600 habitantes. Los trabajadores y sus familias están «diseminados dentro de un espacio de 12 leguas. Dichos colonos están bien separados unos de otros, haciendo seis ranchos, donde tienen las chacras o su ganado» (Macera, 2000: 37).
En opinión del hacendado Arrese, estos «jamás llegarán a formar un caserío de 100 personas porque no es posible que, por reunirse, abandonen el cuidado de sus intereses». Solo existen siete u ocho grupos de chacras en las haciendas y distantes entre sí de una a cuatro leguas. Al interior de esta geografía residen los colonos. Y para Pedro Arrese «el más considerable caserío es el de Buenos Aires que dispone de un buen temperamento y buenas tierras. Es el mejor de Morropón», ya que tiene agua y es un espacio agroganadero que se ubica a orillas del río Piura.
Don Pedro Arrese y Toribio Seminario insistirán en su proyecto de que este centro poblado de Morropón se reasiente finalmente al interior del distrito de Buenos Aires y no en Moscalá.12 Pero esta posición no será apoyada por el prefecto don Ramón Díaz quien se empeña en legalizar y legitimar a Morropón para afirmarse en el sitio de Moscalá, un microespacio territorial cercado por varios cerros pero con agua suministrada por una acequia variable.
Arrese desesperado acudirá entonces a otros expedientes registrados en la Corte Superior de La Libertad; esta vez se trata de un juicio seguido contra el prefecto de Piura y de una sentencia que le reconocía haber sido despojado de una parte de sus haciendas y en la que vivían y se asentaban numerosos trabajadores colonos de la sierra y yunga costeña. Luego optará por quejarse al Congreso y a la Comisión de Demarcación Territorial. No quería aceptar que una Resolución Suprema del 2 de enero de 1857 refrendado por don Ramón Castilla había creado el distrito de Morropón y quebrado el poder feudal sobre estos territorios «bisagra» con los pueblos de Frías, Santo Domingo y Chalaco. Los principios y valores políticos y morales proclamados en 1821 empezaban a introducirse radicalmente al interior de estos territorios en las que sobrevivían una diversidad de poblados andinos y yungas derrotados temporalmente por el poder oligárquico regional asentado en la ciudad de San Miguel de Piura.


Extraído de República, pueblos y municipios en Piura, siglo XIX
César Espinoza Claudio Universidad Nacional Mayor de San Marcos

Morropón es un pueblo que empieza a figurar en la vida pública de Piura gracias a la actividad misionera religiosa de Martínez Compañón en 1783. En efecto, este  obispo recorrió los valles de La Chira y el Piura en 1784 y realizó una segunda «reducción» de los habitantes dispersos en desiertos y médanos, en haciendas y estancias, en su propósito de profundizar la evangelización cristiana y garantizar un nuevo orden social rural y regional. Administrativamente organiza un nuevo esquema de organización religiosa y busca centralizar a la población alrededor de las capillas, una serie de edificios que serán levantados por los campesinos colonos al interior de las grandes propiedades previa coordinación y donación de pedazos de tierras (ofrecimientos orales y sin documentos escritos) en los dos valles encionados. En efecto, estas nuevas agrupaciones de habitantes bautizados y cristianos figuran como una novedad en el mapa de Piura del último tercio del siglo XVIII; aquí están registradas las poblaciones de La Punta y Querecotillo, Tambogrande, Yapatera, Chulucanas y Morropón. Se trata de un conjunto de pueblos rurales comunicados por caminos y tambos, en su mayoría compuestos por familias multiétnicas asentadas al interior de las haciendas y otro sector poblacional migrante temporal proveniente de los espacios yungas (Colán, Sechura y Catacaos) y serranos (Chalaco y Frías) para garantizar los ciclos agroganaderos anuales (Huertas, 1996). Esta temporal división territorial organizado por Martínez Compañón se consolidará con la visita y la venta de tierras realengas realizados por los funcionarios del gobierno de Abascal en 1812, el proceso de elecciones para la designación de los diputados nacionales y de las autoridades municipales, y también por la participación política y militar de los habitantes de estos pueblos contra el ejército y los hacendados españoles entre 1810 y 1825.
Durante el proceso histórico de construcción de la República los colonos y habitantes de estos pueblos rurales alcanzan una nueva victoria política con la RS del 2 de enero de 1857 por la que Ramón Castilla sanciona la creación del distrito de Morropón y la instalación de su gobierno municipal y articulación al gobierno de Piura y a la nación del Perú.
A comienzos de 1867, Morropón es un pueblo que tiene más de 150 casas, ocupa un espacio geográfico saludable y está ubicado en un punto de «confluencias de varios caminos de tráfico». El lugar de Valdivia, propuesto por el hacendado Pedro Arrese para su traslado, es un sitio que en invierno se convierte en un pantano miasmático. En un informe de Ramón Díaz, prefecto de Piura, se precisa que este pueblo está luchando para gozar de sus legítimos derechos, y que en sus fronteras territoriales se encuentra asentado una población de colonos y arrendatarios que busca la prosperidad mercantil como así lo han logrado los pueblos de Sullana y Querecotillo desde 1839.

Extraído de República, pueblos y municipios en Piura, siglo XIX
César Espinoza Claudio Universidad Nacional Mayor de San Marcos

JOSE LUIS CARLIN RUIZ, 2018

Estaba leyendo, creo por décima  vez, el material que me prestó el Profesor Mañuco Alvarado, tal vez con la intención de que no se me olvide nunca ningún detalle, y es que  estoy asumiendo el compromiso de trasmitir a las generaciones que vengan después, todo sobre la rica historia cultural de nuestro Morropón. Entre los archivos, hay una publicación de 1998, escrita por Juan Alvarado Chuyes, en ella hace una hermosa memoria al libro “Historia Geografía y Folclore” del “padre de la historia morropana, Pedro Alvarado Molero y me llamó mucho la atención de como el autor de esa publicación no solo  habla de los hombres y mujeres de Morropón, sino también del potencial que tiene nuestra tierra como
para que “hace rato” ya se hubiera convertido en el distrito líder en la provincia, una descripción que ahora, después de 30 años puede resultar una utopía, pues con tantos años el “paisaje” no ha cambiado mucho. No estoy hablando solo de un paisaje físico, sino más bien de un paisaje completo donde se haya pintado el desarrollo humano, cultural, económico, social, turístico, calidad en los servicios; etc, un paisaje donde se hayan pintado nuestros sueños,  un desarrollo sostenible en el tiempo, que le dé a Morropón la calidad de vida que ya debería tener.
Voy a transcribir textualmente algunos párrafos de la publicación y ayúdeme estimad@ lector (a) a concluir, si seguimos siendo, me incluyo, hombres  o mujeres más bravos que la misma tierra  que nos esforzamos por construir un nuevo paisaje:
“Ahí está, en ese retrato auténtico, luminoso y profundamente humano, el Morropón de siempre. Ubicado, geográficamente, en una zona propicia para crear  el espíritu, con aire de marineras, tonderos y cumananas. En olor a tradición. Saturándose de historia y regalando, para propios y extraños, la rica urdimbre vernácula de su folclore, con su dejo altamente cantarino.
Ciertamente, para decirlo con palabras de Pedrito, “este espacio geográfico triangular, ubérrimo y bucólico, cordón umbilical de gentes tiernas, amorosas y hospitalarias, pacíficas y bravías, protocolarias  y jacarandosas, pícaras y talentosas, se baña la vida, en las aguas frescas y cantarinas del folclore que mana a flor de pecho en estas gentes morenas”…
… Son, también, los esforzados constructores de un nuevo paisaje. Hombres y mujeres de la tierra brava que, cuando  llega  el caso, son más bravos  que esa misma tierra. Hombres de tez curtida por un sol piuranísimo y agraciadas, hermosas mujeres que…¡Para que les cuento!.
Y son, en fin gentes que, en los distintos  campos donde la vida es lucha, no han regateado jamás  su concurso para ponerse al servicio de la Patria y la Cultura. Don Felipe Cossío del Pomar, pintor de fama mundial, es un ejemplo. Y aún don Enrique López Albújar, morropano por adopción, es otro ejemplo.
En ese mismo sentido, si mucho me apuran, yo puedo colocar, en la vía de los ejemplos, el nombre de Pedro Miguel Alvarado Merino, corriéndome el riesgo de que  el hombre me rectifique. Que así es de humilde el paisano…
Hago aquí un alto a la trascripción para  invitarle a la reflexión y preguntarle: Si usted fuera un estudiante y le dejaran como tarea que mencione a cinco personajes actuales que reúnan esos requisitos ¿a quién listaría y  porque? Si hubiera más de cinco ¡genial! Si acaso usted que está haciendo la tarea piensa que cabe perfectamente en este perfil, no dude en anotarse, no es válida la modestia. Y si piensa  que no hay ninguno, simplemente deje las líneas en blanco, no va a salir desaprobado por dejar vacías las líneas, siempre y cuando anote su justificación.
El texto continúa diciendo: “Por si acaso, sépase bien que ni Pedrito ni yo aceptamos la aseveración según la cual el negro es color “humilde”. No, no. Nuestra humildad, en  cualquier caso, nos llega  por otros caminos. Como lo que es. Como una virtud religiosa. Como un sentimiento venerable. Nada más. Pero también nada menos…
… Pero lo que si está bien mencionado en la obra en mención es la vieja aspiración morropana a tener su propia provincia. Aspiración a la que, en razón de justicia, no renuncian ni a palos. Y que por lo que sabemos, solo será una realidad, viva y concreta, cuando sea creada la Provincia de Morropón, con su capital Morropón. Casi nada. Pero es todo.
Vivo aún don Enrique López Albújar sumó su adhesión a dicha cusa. Aunque, así mismos, el viejo patriarca, en versos inolvidables dedicados a Morropón, -¡Gran Morropón!-, formuló a todo el pueblo este concejo: “Pon menos alma en el placer y más ensueño en la cabeza // deja si quieres tu grandeza// puñal y copa arpa y mujer”… ¡Sin comentarios!
Y bien. En el ameno desfile de estampas, historias y narraciones, que el profesor Alvarado recoge en su libro, vibra nítidamente el alma de todo un pueblo. De  un pueblo de gentes nobles, hospitalarias, caballerosas, emprendedoras…
Termino el texto imaginando un paisaje donde todos tenemos las mismas oportunidades, un Morropón hermano, donde el pueblo no mira a sus autoridades con recelo, sino más bien camina con ellas, porque sabe que lo representa y busca el bienestar para tod@s. Un Morropón donde todas sus instituciones se caracterizan por su integridad y no hay espacio para la corrupción. Un pueblo que lee y escribe su historia. Un paisaje donde la gente aun baila un tondero porque su sangre lo reclama  y donde la voz del alma se hace cumanana.
Imagino un paisaje que deberíamos haber pintado hace tiempo, si fuéramos  aún gente más brava que la propia tierra, si nos hubiéramos seguido esforzando, si los sueños no se hubieran esfumado, si fuésemos buenos ciudadanos, más humanos, más morropanos.
Si ya no hay gente así, entonces SE BUSCA…


Basado en el artículo “Netamente de Morropón” de Juan Alvarado Chuyes, publicado el jueves 5 de mayo de 1988 en el Diario El Tiempo de Piura.
Con esta pequeña publicación quiero compartir lo que escribiera Victor  G. Mendoza el año 1994, sobre el festival de tondero realizado ese año, en donde destaca la importancia de que éste se realice a  ritmo de cajón y guitarra y donde además hace recordar con nostalgia al Grupo “Así canta Morropón”.

EL FESTIVAL DE MORROPÓN
Víctor G. Mendoza
Diario el Tiempo 27 de noviembre de 1994

Por algo Dios designó  a Morropón como cuna del tondero y de ese privilegio  divino gozamos, plenamente, los que tuvimos la suerte de asistir     al Primer Festival de Tondero y Cumanana.
Las noches del 17 y 18 de noviembre, serán inolvidables porque Morropón recuperó la originalidad y propiedad del tondero, tanto en su baile, como en el toque de las guitarras, cajón y de la forma de su canto.
Las parejas bailaron magistralmente el tondero, lo hicieron  con un derroche de gracia, salero, arrogancia, cimbreo de cintura y contorneo de caderas. Para los que integramos el jurado nos fue muy difícil  calificarlas y lo más hermoso fue la participación de los niños de las categorías de infantes e infantiles.
Grata sorpresa fue escuchar los tonderos, Frutos de gran sabor y La Pediche, pertenecientes al famoso cumananero Ramón Domínguez. “El Padre Tondero”  fue considerado Monseñor  Pablo Alvarado Arrate, quien es un buen compositor de tonderos, tiene dieciséis composiciones y la escuchamos n esas maravillosas noches se titula “Ay, Tondero de mi tierra”.
Lo más interesante de este festival lo constituyó el conjunto musical Así canta Morropón, formidable  elenco integrado por tres damas y cuatro jóvenes y su director. Nunca había escuchado  cantar tan bonito los tonderos que interpretaron. Ellos, recién hace tres meses, se han unido y formado ese maravilloso grupo.

Pienso que el esfuerzo de instituciones y personas amantes de nuestro folclore, que se propusieron rescatar nuestro tondero, es decir el verdadero tondero, tanto en su toque, canto, baile y coreografía, están satisfechos con los resultados del primer festival. ¡Salud por el tondero!
POR JOSE LUIS CARLIN RUIZ

Tondero, hermosa joya nacida hace más de tres siglos en estas tierras de labriegos sol y espigas, tondero que se bailó a golpe de lapa, de arpa, y ahora con guitarra y cajón, tondero que nace del alma, humano, amor hecho baile, tondero que nace en la hacienda, en aquellas noches  desde el momento cuando asomaba la luna por el Maray, coronando luego el cerro de la iguana,  hasta iluminar el Pilán, dando la bienvenida al astro rey.
Joya, reliquia, tesoro, que vive bajo la custodia de los morropanos, quienes tenemos la responsabilidad de preservarlo, de mantenerlo vivo, de impedir que sea transformado en una prenda de poco valor.
Tondero se ha bailado en Morropón siempre, en la hacienda, en el socavón, en la plaza, en la fiesta en la jarana,, un largo recorrido que lo llevó a los escenarios y pistas de baile en concursos y festivales, justo aquí, es donde mostró su lado vulnerable, aquel tondero puro y hermoso que habla de amor, se vio influenciado por la academia, muchos no lo quieren reconocer, pero basta revisar archivos de videos para darse cuenta que en un punto del tiempo inició un peligroso camino que lo puede llevar a la extinción, por suerte y en honor a quienes lo bailaron allá por 1705 o 1708 y a aquellos primeros campeones de los ’70, todavía hay muchos bailarines que con respeto y si temor a “no estar a la moda” bailan “tondero”, los demás parecen estar obnubilados por el deseo de obtener un título en algún concurso de Piura, Lima, Trujillo o cualquier parte del país.
En marzo de este año se conformó el Comité de Promoción y Difusión del tondero, integrado por bailarines (todos ellos campeones), y personas dedicadas a la difusión, investigación y promoción cultural, en todos ellos existe la preocupación de preservar nuestro baile, partiendo de la pregunta ¿Estamos bailando tondero?.
Ésta preocupación, no es nueva, ni tampoco son nuevas las observaciones que está haciendo el comité en cuanto a los innecesarios cambios hechos al baile; pero, la preocupación crece cuando sabemos que los bailarines noveles, creen que debe bailarse así, y es que, se está enseñando a bailar,  sin antes hacer conocer el origen y verdadero significado del baile por lo que muchos pasos y figuras no encajan en ese significado.
En una conversación en la casa de la cultura allá por el 2003, le escuche decir a  Pedro Alvarado mientras hacía gestos con sus manos: “salgan a bailar y no hagan cojudeces, ahora han agarrao que hacen la balanza, que el pañuelo así, que acá, eso no se hace, el tondero es un mensaje de amor de las parejas…”
En los años ’90, durante un simposio, Maqui Ruiz, alcalde en ese entonces pidió “hacer esfuerzos conjuntos para impedir que esta práctica espontánea sea influenciada por elementos externos que la puedan distorsionar”
Alicia Maguiña en 1992, durante una entrevista manifestó que en el tondero cada uno tiene su propia personalidad y es lo que debe conservarse, pero, “conservando las características básicas y los pasos del baile”. Además muy enérgica aseveró “Se está perdiendo lo genuino de tondero por culpa de las academias… En los concursos, las parejas quieren llamar la atención haciendo cosas extrañas. Ostentan una coquetería exagerada. También he visto que las parejas bailan encorvadas, como paralelo al suelo. En Morropón la mujer baila erguida. Tampoco hay que dar saltos acrobáticos, ni hacer payasadas, porque el tondero es digno.
En 1991, Esteba Puig escribió “En Morropón si se sabe bailar tondero. No estos sucedáneos  que llaman tondero y que a veces, por la TV o en otras localidades donde se confunde con una marinera pasada por agua o se intenta dar gato por liebre al pensar que el tondero esta en realizar nerviosos taconeos como queriendo imitar el picoteo del gallo con el espolón o los revoleteos y aspavientos del celoso “gunso” de nuestros campos persiguiendo a la asustadiza pava montubia… tampoco remedar el correteo trotón de chalan norteño, ni rodillazos de toreo cordobés o sacudidas en el piso con el pañuelo como si se le quiera sacar virutas, por último ¡que horror! Meter estas lancetadas con el pañuelo por el cuello, la cintura o brazos de la pareja; la anomalía de colocar el sombrero encima de la mujer por un rato o terminar con un abrazo impetuoso al final…”
Puig agrega: “ella, hierática, elegante, digna, consiente de su feminidad, toma la falda y con la otra mano el pañuelo con el que delicadamente llama la atención realizando acompasados gestos de deferencia y cortesía… ruborosa, sonríe, no esas bobaliconas sonrisas de cara a cara, forzadas, con melindres mañosos o meneos de cabeza haciendo carantoñas y zalamerías… ella sonríe espontáneamente, naturalmente.
Juan Alvarado Chuyes manifestó “nada de brincos locos ni de alardes calisténicos, ni faldas que se agitan con exceso para el lucimiento, ni sofisticadas formalidades académicas…”
Recientemente durante la celebración del día del tondero en Morropón, la Profesora Nelly Parra durante su discurso expresó “El TONDERO debe ser preservado más dicha preservación no se debe circunscribir  a la vestimenta ni a los colores de la misma… lo que busco establecer aquí es la NECESIDAD impostergable que hay para que se establezcan los criterios sobre los cuales se debe sustentar dicha preservación. Muchas veces, en aras de ofrecer un buen espectáculo se hacen presentaciones que despiertan a las tribunas por lo forzado que se ven dichas figuras hechas al son de la música y entonces surge la pregunta ¿Eso es tondero? Creo que no, eso es producto del entusiasmo no solo de las academias que quieren resaltar su trabajo y también de quienes bailan pues están guiados por el ánimo de ganar una presea”.
La preocupación ya no es solo de cultores y difusores, ésta ha llegado al plano legal, y existe ahora la ORDENANZA REGIONAL N° 374-2016/GRP-CR emitida por el Gobierno Regional de Piura, en la cual, en sus DISPOSICIONES COMPLEMENTARIAS FINALES, dice textualmente: Primera.- DISPONER que, a efectos de velar por la pureza, elegancia y espontaneidad de esta expresión tradicional propia de nuestra región, de ningún modo el Tondero deberá estar sujeto a reglas coreográficas ni parámetros técnicos que distorsionen su originalidad como ha ocurrido con otras expresiones folclóricas. Todo pacto en contrario será nulo de pleno derecho. Los cultores, compositores, investigadores, organizaciones culturales y académicas que lo promuevan, deberán velar por el estricto cumplimiento de esta disposición de orden público.

Por tanto, hay suficiente sustento y argumentos para justificar nuestra preocupación, y es nuestra obligación iniciar de una vez por todas, un trabajo en aras de rescatar, promover y preservar el tondero, y este trabajo debe ser compartido con los bailarines, con los que enseñan a bailar, con los organizadores de concursos, y todos aquellos que dedican su tiempo a la promoción de la cultura de nuestra tierra; de lo contrario, solo nos quedará en el recuerdo que una vez en Morropón, nació un baile llamado tondero y que el orgullo, el egoísmo, la necedad y la ambición personal lo extinguieron.
En lo que corresponde a la mujer de nuestra región, concretamente a nuestras mujeres con el ancestro Tallán, aún con los profundos rasgos del mestizaje, su presencia histórica destaca como influyente ente social, que muchas veces condujo el destino del grupo administrando políticamente y determinando el grado de desarrollo de la cultura en nuestras etnias.
Los estudiosos de nuestro pasado, los ceramios y vestigios recopilados nos dicen del papel preponderante que supo desempeñar la mujer dentro de esa gran Nación Tallán, considerada como la antigua etnia de nuestra evolución histórica social.
Desde los intentos de una confederación Tallán con los cacicazgos de Paredones, Garbanzal, Frías, Piura, la Tallán, Pavur, Moscalá, la de Guayacotes con Ayabaca y Huancabamba que tenían como eje Paita con Amotapes, Colanes, Pelingarás y Piuras, los reinos confederados de Tumbes y Mayavilca, a la vez con los grupos de La Chira, Tangarará, Tacacaos, Chusís y Poechos, se llegó a formar una gran Nación Tallán hacia el siglo VI d.c. manteniendo autonomía de gobierno, costumbres y lenguas que sobrevivieron al dominio posterior de los Incas con Huayna Capac, hacia 1510 y de los españoles por 1532.
LA DIOSA SHI
En 1953 la doctora Rebeca Carrión Cachet discípula y sucesora del Dr. Julio C. Tello, narra el mito generalizado en la costa norte del país, donde SHI es una diosa ornitoforme humanizada: mujer con cabeza de pájaro representando a la Luna. En los ceramios de el Alto Piura se tiene esta representación coronada con una media luna decorada, tiene la cara de un pájaro, cuerpo de mujer embarazada cuyo vientre voluminoso tiene la forma de un ampuloso zapallo. Ello significa la deidad de la fertilidad humana y a la vez de la producción agrícola, ambas se complementan en la diosa como “La Hembra tutelar gestora de su etnia que supo sustentar con el cultivo de la tierra”.
Este mito se ajusta a una realidad ancestral en la zona: la presencia de la mujer como eje y dinámica generatriz de nuestra raza. En efecto, costumbre de las tallanes fue labrar la tierra como lo hace actualmente la campesina al lado del compañero, o por orfandad o por abandono como por solidaridad en el hogar para sustentar al fruto de sus entrañas.
El cronista Pedro Cieza de León en su “Crónica del Perú”, señala:…”Todos estos indios son dados a la labor, porque  son grandes labradores, aunque algunas provincias son diferentes de las otras naciones, como diré cuando pasaré por ellos, porque las mujeres son las que labran los campos y benefician las tierras y mieses y los hombres hilan y texen, y se ocupan en hacer ropa y se dan a otros oficios femeniles….”
Carácter enérgico, belleza y sindéresis, hicieron de las mujeres tallanes las caciques de renombre…
La moral cristiana y las propias costumbres impuestas modificaron y/o cambiaron tantas peculiaridades pero la presencia histórica de la mujer SHI, pasando por nuestras antecesoras las cacicas capullanas con ese ancestro de generación  sustento social, liberal, bello e inteligente arrastra el atavío del mestizaje, se siente y se vive, precisamente cuando nuestra mujer en la región toma el reto de la integración por el trabajo, la unidad comunal y la paz, bases firmes de la supervivencia de su especie.

PEDRO MIGUEL ALVARADO MERINO,
 Publicado en el Suplemento CULTURAL, marzo 15 de 1991.

En la foto la Diosa Shi representada para una estampa en julio del 2016, por la IE ALm. mIguel Grau.


Estoy aquí, gracias a una invitación de la Municipalidad Distrital de Morropón, que manifiesta, con este evento, la preocupación que existe en torno al TONDERO como una expresión folclórica de este bello pueblo que nos acoge.

Soy maestra por formación y convicción, así que asumiré mi aporte como una lección y, en las lecciones, el maestro siempre debe transmitir la verdad sustentada en el estudio y en la revisión de los documentos que la sustenten.

Se habla siempre que el tondero se origina en Morropón, que el tondero es único y que por tanto no debiéramos referirnos a él como tondero de tal sitio o de tal parte. Creo firmemente que la expresión de los ánimos, ansiedades y proyecciones de un pueblo, que en este caso es el TONDERO no debe ser exclusiva ni excluyente. Ninguna expresión popular, más allá de la vida misma, es pura. Siempre hay elementos directos e indirectos que forman parte de dicha expresión. Tondero es el resultado de una serie de manifestaciones que en el tiempo con los sonidos y las expresiones verbales conformaron esa expresión tan bella y cadenciosa que hoy nos preocupa. Todo lo que el ser humano expresa tiene la influencia en primer lugar de la persona que lo expresa y esa persona ha recibido en su formación familiar una serie de aspectos que en su vida misma y en el reflejo de una idea o expresión y de un baile también se pondrán de manifiesto. La naturaleza misma, la composición orográfica, el paisaje, el comportamiento del clima, todo lo que constituye parte de la vida se refleja en una expresión artística, en una construcción poética, en una expresión de baile. Y aquí estamos, ocupados en este aspecto de la vida, es decir, en el aspecto que nos señala la presencia de un baile al cual queremos preservar, más, ¿Cuál es el tondero que debemos preservar? O en todo caso y mirándolo de otro ángulo, ¿Cuál es el tondero que hemos heredado? Podemos escudriñar en la tradición para tratar de encontrar el origen más, todos sabemos que las apreciaciones son solo eso y que siempre están cargadas de los convencimientos y aspiraciones  de las personas que quieren muchas veces dejar sentada su propia posición.

No soy erudita en la materia más considero que hoy, lo que pretendo es ofrecer una clase respecto de este tema y como maestra lo que puedo decirles es que encuentro  una serie de inconsistencias respecto al TONDERO pues esta manifestación difiere de un lado a otro. No quiero criticar el esfuerzo de quienes organizan concursos para que los participantes se expresen. Tampoco es mi intención, herir siquiera, las buenas intenciones de los grupos y academias que han tomado este baile como bandera de sus presentaciones. Quiero si llamar la atención a las autoridades para que tomen el tema como me parece que debe ser asumido.

El TONDERO debe ser preservado más dicha preservación no se debe circunscribir  a la vestimenta ni a los colores de la misma. Las gentes de Lambayeque no se visten igual a las gentes de Morropón ni tampoco las de Sechura se visten igual a las de Catacaos u otras comarcas aun cuando éstas disten unos pocos kilómetros unas de otras. La esencia del TONDERO radica en su estructura musical, en lo cadencioso que es cuando miramos absortos a la pareja que está enamorada del baile y que lo quiere expresar así. En todo caso, lo que busco establecer aquí es la NECESIDAD impostergable que hay para que se establezcan los criterios sobre los cuales se debe sustentar dicha preservación. Muchas veces, en aras de ofrecer un buen espectáculo se hacen presentaciones que despiertan a las tribunas por lo forzado que se ven dichas figuras hechas al son de la música y entonces surge la pregunta ¿Eso es tondero? Creo que no, eso es producto del entusiasmo no solo de las academias que quieren resaltar su trabajo y también de quienes bailan pues están guiados por el ánimo de ganar una presea. Sin embargo aquí no se trata de una presea cualquiera. La presea debe ser el baile cuya esencia debemos preservar, cómo? Establecido criterios inamovibles en las bases de los concursos y que las bases sean aprobadas por las autoridades competentes.
Ustedes tienen que preservar el tondero como lo viven.

Morropón 29 de octubre, Día del Tondero, del 2017.

PROF. NELLY VICTORIA PARRA DE ALBÁN
JEFA DE LA OFICINA DE EDUCACIÓN Y CULTURA
MUNICIPALIDAD PROVINCIAL DE PIURA.



Y AHORA ¿COMO BAILAMOS?

JOSE LUIS CARLIN RUIZ

A propósito de la cercanía del XXVI Festival Nacional de Tondero y Cumanana que organiza la APAFA de la IE Santa Rita, es momento de hacer un alto y mirar hacia atrás y preguntarnos ¿Qué hemos o que le hemos estado haciendo a nuestro tondero?. Desde 1987 en el distrito de Morropón se inició este evento con carácter distrital, hoy a más de tres siglos de haber nacido este hermoso baile en las haciendas morropanas, muchos de los bailarines participantes se hacen la pregunta y ahora ¿Cómo bailamos? Y es que desde que incursionaron en los escenarios de Piura, Lima; etc.;  su natural baile se vio “obligado” a sufrir una innecesaria metamorfosis todo para “ser aceptados” en estos concursos que se promocionan bajo el título de “concursos nacionales de tondero”.

Cuando converso con muchos difusores de esta preciada joya, ellos manifiestan ser “discriminados” en concursos que se realizan en Lima, Piura, Trujillo; etc. Ellos manifiestan: “la pareja tal, quería ganar como sea y por eso bailó como los de la academia”, “ tenemos que bailar así con coreografías y figuras, sino nos descalifican”, “El año pasado (2016), en el Club Grau de Piura nos sacaron a todos los de Morropón, hasta a la Sra. Julia Bello, los de las academias habían reclamado que como era posible que nos acepten, cuando ellos se la pasaban todo el año pagando y ensayando, que no era justo que los morropanos se alisten de un día para otro y pretendan ganar”. A los jurados no les gusta nuestra vestimenta, dicen que es muy sencilla…” Expresiones como estas, manifestadas por los propios bailarines, me dejan desconcertado, ¿Cómo es posible que se intente imponer pasos, figuras y coreografías que no son propias del tondero? ¿Cómo es posible que permitamos, aceptemos y nos dobleguemos a los intereses particulares de las academias? Vinieron a Morropón, llevaron nuestro baile a los escenarios, lo modifican y ¿Quieren que los morropanos bailen como ellos quieren?

Lamentablemente muchos de nuestros bailarines “han caído” en el juego, y ya desde hace muchos años, que vemos en la pista de baile a morropanos, que tratan y/o intentan imitar un baile de academia, perdiendo su naturalidad, su salero, su picardía, autoimponiéndose una forma de bailar que no es la suya, le han agregado, pasos y figuras que no tienen absolutamente nada que ver con el significado del tondero: ejecutan el baile llevando en la mano accesorios, bailan de forma independiente, están más preocupados en llamar la atención del público o de algún jurado, dejando de lado a su pareja, se olvidan de que el tondero es un permanente cortejo del varón a la mujer y en consecuencia el verdadero tondero, corre el riesgo de quedarse en el recuerdo.

El Gobierno Regional Piura, emitió la ORDENANZA REGIONAL N° 374-2016/GRP-CREl en la que en una de sus disposiciones finales dice textualmente: “DISPOSICIONES COMPLEMENTARIAS FINALES: Primera.- DISPONER que, a efectos de velar por la pureza, elegancia y espontaneidad de esta expresión tradicional propia de nuestra región, de ningún modo el Tondero deberá estar sujeto a reglas coreográficas ni parámetros técnicos que distorsionen su originalidad como ha ocurrido con otras expresiones folclóricas. Todo pacto en contrario será nulo de pleno derecho. Los cultores, compositores, investigadores, organizaciones culturales y académicas que lo promuevan, deberán velar por el estricto cumplimiento de esta disposición de orden público”.

Esta ordenanza, con carácter de ley, está hablando de un tondero puro, elegante y espontáneo, es decir esta hablando del tondero que nació en la hacienda de Morropón, del que se bailaba en el chicherío, en la plaza, en la jarana, del tondero que bailó Pedro Farfán con Carmen Almestar (referencia de los años 70, 80 y del 90), del tondero que baila la “Morena de Oro”, Julia Bello (referencia de nuestra década), del tondero que hemos visto bailar a un Percy Vega niño, de ese tondero estamos hablando, de ese tondero que le dio la gloria a Morropón, que le dio el título de cuna y capital del tondero, de este hermoso baile al que defiende no una sola persona o un grupo de personas sino que ahora también tiene el respaldo de una ley de alcance regional. No estoy diciendo que deben bailar "igual o exactamente" a Don Pedro Farfán, a Percy Vega o como la Sra Julia Bello, deben bailar, como les nace, pero como dijo Pedro Alvarado "sal a bailar y no hagas cojudeces".

Me pregunto cuál es verdadero propósito de realizar concursos como el del Club Grau, ¿La promoción del tondero como baile o promocionar academias de bailes y danzas folclóricas?
Si el propósito fuera lo primero deberían “decirle” a su jurado que es un concurso de Tondero y por lo tanto deberán calificar baile de Tondero y su vestimenta, de ser lo segundo no deberían llamarle “concurso de Tondero” sino más bien “Concurso de Tondero Piurano” o lo que es igual “Concurso de tondero de academia”, así de simple. Tal vez entonces, ya no tendrían en sus pistas a los morropanos, porque, acá no se baila “tondero piurano”, ni “tondero de academia”, acá se baila “tondero”.
Ha llegado el momento de “pone en valor” esta joya llamada tondero, joya de hace más de tres siglos, nuestros naturales bailarines donde vayan, deben lucir con orgullo su traje, deben bailar “tondero”, en su absoluta esencia y significado.

El Festival que organiza la APAFA de la IEP Santa Rita es nuestra principal plataforma para iniciar esta reivindicación, el jurado debería conocer y saber de “tondero”, apreciarlo y valorarlo. Las bases deben ser claras: si se quiere y por la costumbre debe indicar “se calificará tondero morropano”, sobre esto último, existe el equivocado concepto de que “si dice así, no vendrán parejas de otros sitios”, mentira, quien no quisiera ganarse una banda en la propia cuna del tondero, quien no quisiera lucir una banda ganada en el propio Morropón, yo les digo estimados bailarines si ustedes, obligados por unas reglas de concurso, fueron capaces de “mutar” su natural forma de bailar el tondero, porque los que vienen de fuera no podrían adaptarse a nuestro medio?.

Asumo el reto de continuar promocionando y difundiendo desde mis posibilidades el tondero, pero no es suficiente, debemos hacerlo todos juntos, empezando por quienes tienen la destreza de bailar y de enseñar, por quienes tenemos la habilidad de escribir y comunicar,  solo así, nuestros nombres quedarán grabados en la historia de Morropón y el tondero, así como el Pilán, el Cerro de la Cruz o el Maray, se levantará por encima de todos y vivirá por siempre.

¡Que viva Morropón!
¡Que viva el tondero!
Morropón, 24 de octubre del 2017.


JOSE LUIS CARLIN RUIZ

Ordenando mis archivos encontré unas fotocopias de antiguas publicaciones de un diario regional, “seguro, estas me las dio Kiko…”, pensé. Después de Pedro Alvarado, el profe heredó la noble  tarea de preservar la historia de Morropón y me sentí comprometido  al leer esa publicación y  recordar  a la vez lo que he aprendido de ellos y como este importante legado no debe perderse jamás, me apunto en la lista para postular a ser un digno sucesor.
Kiko Sánchez viene aportando grandiosamente  a la cultura morropana y a su historia con algunas jóvenes publicaciones, entre ellas “Voces y letras  de Morropón”, en la cual rinde homenaje al Gran Ramón Domínguez, sin embargo el gran cumananero siempre anheló ver materializada su propia obra, han pasado ya muchísimos años y aún no hemos tenido el honor y placer de tener y  leer tan magnificas e inéditas composiciones; bien llegaría a nuestras manos, ya que a pesar de los esfuerzos hechos, nuestra herencia poética se está perdiendo, lo poco que queda se está volviendo algo comercial y parte de un show de noviembre en el que algunas personas se atreven a recitar cualquier barbaridad presentándola como cumanana ante un sorprendido jurado que no tiene otra salida que elegir un ganador;  a continuación una remembranza  al sueño quebrantado de Don Ramón de ver publicadas sus cumananas en un libro que el mismo llamó “Mis Noches Sin luna”, a través de un articulo publicado en el Diario El Tiempo en 1983:

Piura, domingo 10 de julio de 1983.

VENTANA ABIERTA

RAMON DOMINGUEZ SAAVEDRA
“EL ULTIMO CUMANANERO”

POR MANUEL ANTONIO ROSAS C.
La cumanana, de clarísima resonancia africana en su nombre, es un género literario que pertenece al acervo folclórico de la costa del Perú. Poesía improvisada al momento, permite que el autor de rienda suelta a su imaginación e ingenio para ir hilvanando con humor y picardía frases de marcado acento popular. Nicomedes Santa Cruz el gran decimista peruano y estudioso del folclore negro de nuestra patria ha recogido y dado a conocer este género poético; añadiéndole aquel sabor tan original que el imprime a sus interpretaciones. No se sabe con seguridad de donde vino o donde nació la Cumanana. Los folcloristas todavía no se ponen de acuerdo como ocurre también; con el tondero. Pero con toda seguridad el lugar donde se ha hecho, tradicionalmente; cumananas es Morropón. De allí que este íntimamente vinculado este pueblo piurano a tan criollo y hermoso género poético, como el solar en donde se ha conservado en toda su pureza esta expresión popular.
Ramón Domínguez Saavedra es un moreno, curtido por el ardiente sol; que vive en Morropón y quien con toda seriedad es el último de los auténticos cumamaneros que tenemos en el Perú. Casi ciego y pobre discurre sus años postreros entre la apacible calma morropana recordando días pasados entre peleas y jaranas. Su abundante producción de cumananas corre peligro de perderse si es que no consigue ayuda financiera para publicarla en un volumen que el quiere titular “Mis Noches sin Luna”. De fresca memoria  recuerda con encanto todo lo que ha salido de su ingenio desde aquellas cumananas que escribiera hace muchos años en su juventud; hasta las más recientes composiciones que le fluyen de sus labios cuando se propone deleitar  a un ocasional  oyente que le visita.
Ramón Domínguez Saavedra es autodidacta y aprendió el oficio de cumananero en su infancia escuchando a otros campesinos morropanos dialogar en verso en alguna fiesta popular. Nueve años tenía cuando compuso su primer verso. Desde entonces jamás ha parado de jugar con las palabras para abrir ventanas a su alma por donde salgan poemas de corte sencillo pero de hermosas cadencias. Su permanencia vital en el campo de tantos años le ha dado destreza para rimar con el nombre de los elementos del paisaje morropano; con los oficios y las costumbres de las gentes; con el habla socarrona y pícara de los negros que por varios siglos han vivido en ese valle caliente de Piura.
Una de las características principales de la Cumanana es que se improvisa como coplas y con el aire de desafío. Nicomedes Santa Cruz la consigna con este significado: “coplas cantadas en desafío, con acompañamiento de guitarra a la  manera tradicional de Piura”. Tiene pues este género de poesía popular la particularidad de invitar a la respuesta que debe ser en la misma forma y con el mismo estilo. En las fiestas de Morropón y de todos los caseríos de la zona las competencias entre cumananeros  fueron siempre una demostración clara y bella del alma campesina; con todo su ingenio y agudeza.
El mismo nombre de Cumanana revela de primera intención su ancestro africano. Los negros que fueron traídos en la época de la Colonia  a la zona de Morropón para ser empleados en las labores agrícolas trajeron su folklore vernáculo que fue conservado con bastante pureza; pero; que al fin; se mezcló con otros elementos del lugar y evolucionó hacia un mestizaje parecido al que se dio en Lima y en Chincha.
Ramón Domínguez Saavedra es un verdadero cumananero morropano y por eso pensamos debe ayudársele económicamente para que pueda él editar su obra y de esta manera salvar para la cultura peruana este aporte singular que tiene mucha importancia. Por sus padecimientos visuales ha tenido que dictar sus composiciones a otras personas para que se las copien. Un esfuerzo que no se puede quedar en el aire. “Mis noches sin Luna”, tiene que llegar a todos los peruanos para hacer justicia no solo al autor sino a la brava tierra de Morropón que debe ser reconocida en todo el Perú como la cuna de un mestizaje y de un folklore que son parte de la cultura peruana.
En esta búsqueda de identidad para la cultura piurana dentro del contexto de la cultura del Perú que constituye un desafío para los estudiosos y sociólogos que quieran rescatar para nuestro departamento aquellos aportes originales con lo que Piura ha contribuido, hay que dar especial importancia al elemento negro que también participó en el mestizaje que a lo largo de cuatro siglos y medio, desde el episodio fundacional de San Miguel en  Tangarará se fue decantando en estas ubérrimas tierras del norte.
Hemos visto como el Centro de Promoción y Capacitación  (CIPCA) ha publicado hace pocos varios volúmenes de gran contenido e importancia en relación con los aportes indígenas de esta zona. Un trabajo que ha dado a conocer la valía y la trascendencia de la cultura nativa  que lamentablemente había permanecido ignorado para muchos. De esta misma manera habría que acercarse a aquellos poblados, metidos en los campos; donde subsisten expresiones y giros de origen negro como son la cumanana y el tondero; además de voces y giros de estirpe africana.
Las coplas de Don Ramón Domínguez, romancero y campesino dichas al viento con libertad; debemos permitir que queden para siempre retenidas en el papel impreso; frescas y alegres para que todos los piuranos disfrutemos siempre con ellas.
Piura; julio de 1983.

Sin duda alguna una gran reto para quienes amamos la cultura e historia morropana, ojalá, usted amigo lector ya esté interesado en dar su aporte y ser parte de esta gran aventura de volver a la vida  a través de la magia de la lectura a este gran morropano Don Ramón Domínguez, si las instituciones u organismos que se supone deben actuar y apoyar acciones como estas no lo hacen, la tarea está en nuestras manos. Ojalá pronto, y con la venia   de los familiares, podamos en las  bibliotecas morropanas y de nuestro país, leer el prólogo firmado por Kiko Sánchez de un  libro titulado “Mis Noches Sin luna”….


Morropón 18 de marzo del 2013

MI MORROPÓN QUERIDO

(RAMON DOMINGUEZ SAAVEDRA)

Yo no voy a morir

Porque dios santo

Me puso lo negro

Al lado de afuera

Y el corazón

Me lo ha pintado blanco,

Por eso

No quiere que me muera

Y si me muero

Morropón querido

Después de muerto

Escucharas mi canto

Bien sabes Morropón

Te quiero tanto

Qué aun ni muerto

Te echaré al olvido

Tú me diste la vida

Con tu tierra y Dios me ha dado

El cariño de tus gentes,

El sol que alumbra

En tu pradera

Y la luna

Que iluminas nuestras mentes….

ORDENANZA MUNICIPAL Nº 003 /2007/CMM

Ordenanza Municipal que establece la obligación de entonar el Himno del Distrito de Morropón en todos los actos públicos oficiales, así como también su entonación a través de las Radio emisoras locales todos los días domingos y feriados ...

DATOS IMPORTANTES

HABITANTES: 14,421 (SEGÚN CENSO 2007)

POBLACION URBANA: 65.3%

POBLACION RURAL: 34.7%

4,472 HAB. CONFORMAN EL PEA DISTRITAL

2,721 HAB. CONFORMAN EL PEA AGROPECUARIA

4,368 VIVIENDAS

16 CASERÍOS Y 06 AAHH CONFORMAN LAS UNIDADES SOCIALES, ADEMAS DE 4 NUEVAS UNIDADES VECINALES

AGRADECIMIENTO

Porque Morropón merece esto y mucho más, continúo trabajando para que tod@s puedan conocer lo maravilloso que es nuestro pueblo, con sus defectos y virtudes como antes he escrito, Morropón es un "pedacito de cielo".

Quiero reconocer y rendir tributo a Pedro Alvarado Merino, a quien considero mi mentor, el que sembró en mi ese interés por descubrir Morropón, su cultura y sus encantos, al Profesor Kiko Sánchez, con quien siempre compartimos y me permite aprender parte de sus conocimientos solo con el fin de dar a conocer a nuestra querida tierra.

Agradezco a tod@s por sus buenas críticas y comentarios, aportes y sugerencias, por su cariño a esta tierra, su baile, sus paisajes y gastronomía.

Agradezco por haber hecho de este blog el punto on line de encuentro para tod@s quienes realmente amamos y añoramos la tierra que nos ha visto nacer o crecer...


HIMNO AL DISTRITO DE MORROPÓN

CORO

Morropón, Morropón, Morropón

Morropón, pueblo peruano

hoy tus hijos te cantamos

y orgullosos nos sentimos

ser tus hijos Morropón

II

En el gran norte peruano

en el interior de Piura

se levanta una provincia

dentro de ella un gran distrito

el distrito morropano

III

Es tu gente noble y sana

muy heroica en su luchar

hombres y mujeres tratan

de que el pueblo morropano

la grandeza ha de alcanzar.

IV

Morropón pueblo querido

son tres razas que te pueblan,

blanca, chola y morena

tres razas que por si hablan

de tu histórico pasado

V

La ley que te elevo a distrito

la firmó ramón castilla

y en este himno que cantamos

muy henchidos de alegría

nos sentimos morropanos

VI

¡Gloria a dios!, que te habitamos

y a el, todo lo que nos das

gloria pueblo morropano

tu progreso lograremos

con fervor, amor y paz

CORO

Morropón, Morropón, Morropón

Morropón, pueblo peruano

hoy tus hijos te cantamos

y orgullosos nos sentimos

ser tus hijos Morropón

LETRA Y MUSICA:

PROF. CLOVIS EMILIO PINTADO FRIAS


A MORROPON

De: Enrique López Albújar


¡Ah, morropón, gran Morropón!

pueblo con el alma suicida,

el arrozal te da la vida

y el arrozal es tu blasón.

Mientras te afanas por vivir

y te debates miserable,

una guadaña inexorable

te va segando el porvenir.

Tu mayor mal, no es el patrón,

ni la cosecha que se pierde,

pues peor que el hambre, cuando muerde,

es el pantano morropón.

El hombre, al fin, es un mortal,

la tierra, al fin, es reducible;

pero el pantano es impasible,

porque impasible es lo fatal.

Sigue labrando con ardor,

pero al labrar piensen tus mozos

que en cada charco de tus rozos

acecha un diablo destructor.

Si en otros tiempos el puñal

tiñó de sangre tu alegría

y en cada fiesta un muerto había,

hoy mata más el arrozal

De que le sirve al sembrador

sembrar la vida que de el fluye,

si hay una garra que destruye

lo que ha sembrado con amor.

De que le sirve velar fiel

la madre al hijo, si una tumba

es cada cuna mientras zumba

en torno de ella el anofel.

¡Ah, morropón, gran Morropón!,

haz un prodigio ante este azote

y pon en ver tu vida a flote

un poco mas de corazón.

Tu siempre fuiste vertical

en todo trance ante el Señor,

y solo como labrador

te doblegaste al arrozal.

Pon menos alma al placer

y más ensueño en la cabeza

deja, si quieres tu grandeza,

puñal y copa, arpa y mujer.

¡Ah, morropón, gran Morropón!,

no te envanezca tu blasón

piensa más bien que el arrozal

es tu pecado original,

que está pidiendo redención.

EL DISTRITO DE MORROPÓN EN LA MANCOMUNIDAD

El DISTRITO DE MORROPON, integra ahora espacios geográficos que comparten una misma, con un potencial productivo y actividades económicas similares.

Esto permite que Morropón al igual que muchos otros distritos puedan acceder a proyectos integrales que solucionan gran parte de su problemática.

LAS MANCOMUNIDADES QUE INTEGRA MORROPON son:

LA MANCOMUNIDAD DEL CORREDOR ANDINO CENTRAL: conformada por los siguientes distritos: PACAIMPAPA, FRIAS, SANTO DOMINGO, CHALACO, YAMANGO, SANTA CATALINA DE MOSSA Y MORROPON.

La siguiente es LA MANCOMUNIDAD VICUS ALTO PIURA, integrada por CHULUCANAS, MORROPON, LA MATANZA Y BUENOS AIRES.

Asimismo integra corredores económicos en los que se trabaja por ejemplo el tema de las cadenas productivas, como es el caso del CORREDOR ECONOMICO CENTRO SUR integrado por SAN JUAN DE BIGOTE, SALITRAL, BUENOS AIRES Y MORROPON.

También forma parte de la SUB CUENCA LA GALLEGA integrada por: SANTA CATALINA DE MOSSA, SANTO DOMINGO Y MORROPON

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BIBLIOGRAFÍA

Para la elaboración del presente blog se ha consultado libros como: "HISTORIA Y CULTURA DE MORROPON", del Prof. PEDRO ALVARADO MERINO; "VOCES Y LETRAS DE MORROPON", del Prof. JUSTO FEDERICO SANCHEZ CRUZ"; REVISTA REGIONAL "EN LA MIRA" y "MORROPON 2007, CONOZCA NUESTRA TIERRA", ambas de: JOSE LUIS CARLIN RUIZ.

MAPAS: Edin Sullón Aranda

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