- septiembre 14, 2017
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JOSE LUIS CARLIN RUIZ
Ordenando mis archivos encontré
unas fotocopias de antiguas publicaciones de un diario regional, “seguro, estas
me las dio Kiko…”, pensé. Después de Pedro Alvarado, el profe heredó la
noble tarea de preservar la historia de
Morropón y me sentí comprometido al leer
esa publicación y recordar a la vez lo que he aprendido de ellos y como
este importante legado no debe perderse jamás, me apunto en la lista para
postular a ser un digno sucesor.
Kiko Sánchez viene aportando
grandiosamente a la cultura morropana y
a su historia con algunas jóvenes publicaciones, entre ellas “Voces y
letras de Morropón”, en la cual rinde
homenaje al Gran Ramón Domínguez, sin embargo el gran cumananero siempre anheló
ver materializada su propia obra, han pasado ya muchísimos años y aún no hemos
tenido el honor y placer de tener y leer
tan magnificas e inéditas composiciones; bien llegaría a nuestras manos, ya que
a pesar de los esfuerzos hechos, nuestra herencia poética se está perdiendo, lo
poco que queda se está volviendo algo comercial y parte de un show de noviembre
en el que algunas personas se atreven a recitar cualquier barbaridad
presentándola como cumanana ante un sorprendido jurado que no tiene otra salida
que elegir un ganador; a continuación
una remembranza al sueño quebrantado de
Don Ramón de ver publicadas sus cumananas en un libro que el mismo llamó “Mis
Noches Sin luna”, a través de un articulo publicado en el Diario El Tiempo en
1983:
Piura, domingo 10 de julio de
1983.
VENTANA ABIERTA
RAMON DOMINGUEZ SAAVEDRA
“EL ULTIMO CUMANANERO”
POR MANUEL ANTONIO ROSAS C.
La cumanana, de clarísima
resonancia africana en su nombre, es un género literario que pertenece al
acervo folclórico de la costa del Perú. Poesía improvisada al momento, permite
que el autor de rienda suelta a su imaginación e ingenio para ir hilvanando con
humor y picardía frases de marcado acento popular. Nicomedes Santa Cruz el gran
decimista peruano y estudioso del folclore negro de nuestra patria ha recogido
y dado a conocer este género poético; añadiéndole aquel sabor tan original que
el imprime a sus interpretaciones. No se sabe con seguridad de donde vino o
donde nació la Cumanana. Los folcloristas todavía no se ponen de acuerdo como
ocurre también; con el tondero. Pero con toda seguridad el lugar donde se ha
hecho, tradicionalmente; cumananas es Morropón. De allí que este íntimamente
vinculado este pueblo piurano a tan criollo y hermoso género poético, como el
solar en donde se ha conservado en toda su pureza esta expresión popular.
Ramón Domínguez Saavedra es un
moreno, curtido por el ardiente sol; que vive en Morropón y quien con toda
seriedad es el último de los auténticos cumamaneros que tenemos en el Perú.
Casi ciego y pobre discurre sus años postreros entre la apacible calma
morropana recordando días pasados entre peleas y jaranas. Su abundante
producción de cumananas corre peligro de perderse si es que no consigue ayuda
financiera para publicarla en un volumen que el quiere titular “Mis Noches sin
Luna”. De fresca memoria recuerda con encanto
todo lo que ha salido de su ingenio desde aquellas cumananas que escribiera
hace muchos años en su juventud; hasta las más recientes composiciones que le
fluyen de sus labios cuando se propone deleitar
a un ocasional oyente que le
visita.
Ramón Domínguez Saavedra es
autodidacta y aprendió el oficio de cumananero en su infancia escuchando a
otros campesinos morropanos dialogar en verso en alguna fiesta popular. Nueve
años tenía cuando compuso su primer verso. Desde entonces jamás ha parado de
jugar con las palabras para abrir ventanas a su alma por donde salgan poemas de
corte sencillo pero de hermosas cadencias. Su permanencia vital en el campo de
tantos años le ha dado destreza para rimar con el nombre de los elementos del
paisaje morropano; con los oficios y las costumbres de las gentes; con el habla
socarrona y pícara de los negros que por varios siglos han vivido en ese valle
caliente de Piura.
Una de las características
principales de la Cumanana es que se improvisa como coplas y con el aire de desafío.
Nicomedes Santa Cruz la consigna con este significado: “coplas cantadas en
desafío, con acompañamiento de guitarra a la
manera tradicional de Piura”. Tiene pues este género de poesía popular
la particularidad de invitar a la respuesta que debe ser en la misma forma y
con el mismo estilo. En las fiestas de Morropón y de todos los caseríos de la
zona las competencias entre cumananeros
fueron siempre una demostración clara y bella del alma campesina; con
todo su ingenio y agudeza.
El mismo nombre de Cumanana
revela de primera intención su ancestro africano. Los negros que fueron traídos
en la época de la Colonia a la zona de
Morropón para ser empleados en las labores agrícolas trajeron su folklore
vernáculo que fue conservado con bastante pureza; pero; que al fin; se mezcló
con otros elementos del lugar y evolucionó hacia un mestizaje parecido al que
se dio en Lima y en Chincha.
Ramón Domínguez Saavedra es un
verdadero cumananero morropano y por eso pensamos debe ayudársele
económicamente para que pueda él editar su obra y de esta manera salvar para la
cultura peruana este aporte singular que tiene mucha importancia. Por sus
padecimientos visuales ha tenido que dictar sus composiciones a otras personas
para que se las copien. Un esfuerzo que no se puede quedar en el aire. “Mis
noches sin Luna”, tiene que llegar a todos los peruanos para hacer justicia no
solo al autor sino a la brava tierra de Morropón que debe ser reconocida en
todo el Perú como la cuna de un mestizaje y de un folklore que son parte de la
cultura peruana.
En esta búsqueda de identidad
para la cultura piurana dentro del contexto de la cultura del Perú que
constituye un desafío para los estudiosos y sociólogos que quieran rescatar
para nuestro departamento aquellos aportes originales con lo que Piura ha
contribuido, hay que dar especial importancia al elemento negro que también
participó en el mestizaje que a lo largo de cuatro siglos y medio, desde el
episodio fundacional de San Miguel en
Tangarará se fue decantando en estas ubérrimas tierras del norte.
Hemos visto como el Centro de
Promoción y Capacitación (CIPCA) ha
publicado hace pocos varios volúmenes de gran contenido e importancia en
relación con los aportes indígenas de esta zona. Un trabajo que ha dado a conocer
la valía y la trascendencia de la cultura nativa que lamentablemente había permanecido
ignorado para muchos. De esta misma manera habría que acercarse a aquellos
poblados, metidos en los campos; donde subsisten expresiones y giros de origen
negro como son la cumanana y el tondero; además de voces y giros de estirpe
africana.
Las coplas de Don Ramón
Domínguez, romancero y campesino dichas al viento con libertad; debemos
permitir que queden para siempre retenidas en el papel impreso; frescas y
alegres para que todos los piuranos disfrutemos siempre con ellas.
Piura; julio de 1983.
Sin duda alguna una gran reto
para quienes amamos la cultura e historia morropana, ojalá, usted amigo lector
ya esté interesado en dar su aporte y ser parte de esta gran aventura de volver
a la vida a través de la magia de la
lectura a este gran morropano Don Ramón Domínguez, si las instituciones u
organismos que se supone deben actuar y apoyar acciones como estas no lo hacen,
la tarea está en nuestras manos. Ojalá pronto, y con la venia de los familiares, podamos en las bibliotecas morropanas y de nuestro país,
leer el prólogo firmado por Kiko Sánchez de un
libro titulado “Mis Noches Sin luna”….
Morropón 18 de marzo del 2013
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