- noviembre 06, 2017
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POR JOSE LUIS CARLIN RUIZ
Tondero, hermosa joya nacida hace
más de tres siglos en estas tierras de labriegos sol y espigas, tondero que se
bailó a golpe de lapa, de arpa, y ahora con guitarra y cajón, tondero que nace
del alma, humano, amor hecho baile, tondero que nace en la hacienda, en
aquellas noches desde el momento cuando asomaba
la luna por el Maray, coronando luego el cerro de la iguana, hasta iluminar el Pilán, dando la bienvenida
al astro rey.
Joya, reliquia, tesoro, que vive
bajo la custodia de los morropanos, quienes tenemos la responsabilidad de
preservarlo, de mantenerlo vivo, de impedir que sea transformado en una prenda
de poco valor.
Tondero se ha bailado en Morropón
siempre, en la hacienda, en el socavón, en la plaza, en la fiesta en la
jarana,, un largo recorrido que lo llevó a los escenarios y pistas de baile en
concursos y festivales, justo aquí, es donde mostró su lado vulnerable, aquel
tondero puro y hermoso que habla de amor, se vio influenciado por la academia,
muchos no lo quieren reconocer, pero basta revisar archivos de videos para
darse cuenta que en un punto del tiempo inició un peligroso camino que lo puede
llevar a la extinción, por suerte y en honor a quienes lo bailaron allá por
1705 o 1708 y a aquellos primeros campeones de los ’70, todavía hay muchos
bailarines que con respeto y si temor a “no estar a la moda” bailan “tondero”,
los demás parecen estar obnubilados por el deseo de obtener un título en algún
concurso de Piura, Lima, Trujillo o cualquier parte del país.
En marzo de este año se conformó
el Comité de Promoción y Difusión del tondero, integrado por bailarines (todos
ellos campeones), y personas dedicadas a la difusión, investigación y promoción
cultural, en todos ellos existe la preocupación de preservar nuestro baile,
partiendo de la pregunta ¿Estamos bailando tondero?.
Ésta preocupación, no es nueva, ni
tampoco son nuevas las observaciones que está haciendo el comité en cuanto a
los innecesarios cambios hechos al baile; pero, la preocupación crece cuando
sabemos que los bailarines noveles, creen que debe bailarse así, y es que, se
está enseñando a bailar, sin antes hacer
conocer el origen y verdadero significado del baile por lo que muchos pasos y
figuras no encajan en ese significado.
En una conversación en la casa de
la cultura allá por el 2003, le escuche decir a
Pedro Alvarado mientras hacía gestos con sus manos: “salgan a bailar y
no hagan cojudeces, ahora han agarrao que hacen la balanza, que el pañuelo así,
que acá, eso no se hace, el tondero es un mensaje de amor de las parejas…”
En los años ’90, durante un
simposio, Maqui Ruiz, alcalde en ese entonces pidió “hacer esfuerzos conjuntos
para impedir que esta práctica espontánea sea influenciada por elementos
externos que la puedan distorsionar”
Alicia Maguiña en 1992, durante
una entrevista manifestó que en el tondero cada uno tiene su propia
personalidad y es lo que debe conservarse, pero, “conservando las
características básicas y los pasos del baile”. Además muy enérgica aseveró “Se
está perdiendo lo genuino de tondero por culpa de las academias… En los
concursos, las parejas quieren llamar la atención haciendo cosas extrañas.
Ostentan una coquetería exagerada. También he visto que las parejas bailan
encorvadas, como paralelo al suelo. En Morropón la mujer baila erguida. Tampoco
hay que dar saltos acrobáticos, ni hacer payasadas, porque el tondero es digno.
En 1991, Esteba Puig escribió “En
Morropón si se sabe bailar tondero. No estos sucedáneos que llaman tondero y que a veces, por la TV o
en otras localidades donde se confunde con una marinera pasada por agua o se intenta
dar gato por liebre al pensar que el tondero esta en realizar nerviosos
taconeos como queriendo imitar el picoteo del gallo con el espolón o los
revoleteos y aspavientos del celoso “gunso” de nuestros campos persiguiendo a
la asustadiza pava montubia… tampoco remedar el correteo trotón de chalan
norteño, ni rodillazos de toreo cordobés o sacudidas en el piso con el pañuelo
como si se le quiera sacar virutas, por último ¡que horror! Meter estas
lancetadas con el pañuelo por el cuello, la cintura o brazos de la pareja; la
anomalía de colocar el sombrero encima de la mujer por un rato o terminar con
un abrazo impetuoso al final…”
Puig agrega: “ella, hierática,
elegante, digna, consiente de su feminidad, toma la falda y con la otra mano el
pañuelo con el que delicadamente llama la atención realizando acompasados
gestos de deferencia y cortesía… ruborosa, sonríe, no esas bobaliconas sonrisas
de cara a cara, forzadas, con melindres mañosos o meneos de cabeza haciendo
carantoñas y zalamerías… ella sonríe espontáneamente, naturalmente.
Juan Alvarado Chuyes manifestó
“nada de brincos locos ni de alardes calisténicos, ni faldas que se agitan con
exceso para el lucimiento, ni sofisticadas formalidades académicas…”
Recientemente durante la
celebración del día del tondero en Morropón, la Profesora Nelly Parra durante
su discurso expresó “El TONDERO debe ser preservado más dicha preservación no
se debe circunscribir a la vestimenta ni
a los colores de la misma… lo que busco establecer aquí es la NECESIDAD
impostergable que hay para que se establezcan los criterios sobre los cuales se
debe sustentar dicha preservación. Muchas veces, en aras de ofrecer un buen
espectáculo se hacen presentaciones que despiertan a las tribunas por lo
forzado que se ven dichas figuras hechas al son de la música y entonces surge
la pregunta ¿Eso es tondero? Creo que no, eso es producto del entusiasmo no
solo de las academias que quieren resaltar su trabajo y también de quienes
bailan pues están guiados por el ánimo de ganar una presea”.
La preocupación ya no es solo de
cultores y difusores, ésta ha llegado al plano legal, y existe ahora la ORDENANZA
REGIONAL N° 374-2016/GRP-CR emitida por el Gobierno Regional de Piura, en la
cual, en sus DISPOSICIONES COMPLEMENTARIAS FINALES, dice textualmente:
Primera.- DISPONER que, a efectos de velar por la pureza, elegancia y
espontaneidad de esta expresión tradicional propia de nuestra región, de ningún
modo el Tondero deberá estar sujeto a reglas coreográficas ni parámetros
técnicos que distorsionen su originalidad como ha ocurrido con otras
expresiones folclóricas. Todo pacto en contrario será nulo de pleno derecho.
Los cultores, compositores, investigadores, organizaciones culturales y
académicas que lo promuevan, deberán velar por el estricto cumplimiento de esta
disposición de orden público.
Por tanto, hay suficiente
sustento y argumentos para justificar nuestra preocupación, y es nuestra
obligación iniciar de una vez por todas, un trabajo en aras de rescatar,
promover y preservar el tondero, y este trabajo debe ser compartido con los
bailarines, con los que enseñan a bailar, con los organizadores de concursos, y
todos aquellos que dedican su tiempo a la promoción de la cultura de nuestra
tierra; de lo contrario, solo nos quedará en el recuerdo que una vez en
Morropón, nació un baile llamado tondero y que el orgullo, el egoísmo, la
necedad y la ambición personal lo extinguieron.
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