- noviembre 03, 2017
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En lo que
corresponde a la mujer de nuestra región, concretamente a nuestras mujeres con
el ancestro Tallán, aún con los profundos rasgos del mestizaje, su presencia
histórica destaca como influyente ente social, que muchas veces condujo el
destino del grupo administrando políticamente y determinando el grado de
desarrollo de la cultura en nuestras etnias.
Los estudiosos
de nuestro pasado, los ceramios y vestigios recopilados nos dicen del papel
preponderante que supo desempeñar la mujer dentro de esa gran Nación Tallán,
considerada como la antigua etnia de nuestra evolución histórica social.
Desde los
intentos de una confederación Tallán con los cacicazgos de Paredones,
Garbanzal, Frías, Piura, la Tallán, Pavur, Moscalá, la de Guayacotes con
Ayabaca y Huancabamba que tenían como eje Paita con Amotapes, Colanes,
Pelingarás y Piuras, los reinos confederados de Tumbes y Mayavilca, a la vez
con los grupos de La Chira, Tangarará, Tacacaos, Chusís y Poechos, se llegó a
formar una gran Nación Tallán hacia el siglo VI d.c. manteniendo autonomía de
gobierno, costumbres y lenguas que sobrevivieron al dominio posterior de los
Incas con Huayna Capac, hacia 1510 y de los españoles por 1532.
LA DIOSA SHI
En 1953 la
doctora Rebeca Carrión Cachet discípula y sucesora del Dr. Julio C. Tello,
narra el mito generalizado en la costa norte del país, donde SHI es una diosa
ornitoforme humanizada: mujer con cabeza de pájaro representando a la Luna. En
los ceramios de el Alto Piura se tiene esta representación coronada con una
media luna decorada, tiene la cara de un pájaro, cuerpo de mujer embarazada
cuyo vientre voluminoso tiene la forma de un ampuloso zapallo. Ello significa
la deidad de la fertilidad humana y a la vez de la producción agrícola, ambas
se complementan en la diosa como “La Hembra tutelar gestora de su etnia que
supo sustentar con el cultivo de la tierra”.
Este mito se
ajusta a una realidad ancestral en la zona: la presencia de la mujer como eje y
dinámica generatriz de nuestra raza. En efecto, costumbre de las tallanes fue
labrar la tierra como lo hace actualmente la campesina al lado del compañero, o
por orfandad o por abandono como por solidaridad en el hogar para sustentar al
fruto de sus entrañas.
El cronista
Pedro Cieza de León en su “Crónica del Perú”, señala:…”Todos estos indios son
dados a la labor, porque son grandes
labradores, aunque algunas provincias son diferentes de las otras naciones,
como diré cuando pasaré por ellos, porque las mujeres son las que labran los campos
y benefician las tierras y mieses y los hombres hilan y texen, y se ocupan en
hacer ropa y se dan a otros oficios femeniles….”
Carácter
enérgico, belleza y sindéresis, hicieron de las mujeres tallanes las caciques
de renombre…
La moral
cristiana y las propias costumbres impuestas modificaron y/o cambiaron tantas
peculiaridades pero la presencia histórica de la mujer SHI, pasando por
nuestras antecesoras las cacicas capullanas con ese ancestro de generación sustento social, liberal, bello e inteligente
arrastra el atavío del mestizaje, se siente y se vive, precisamente cuando
nuestra mujer en la región toma el reto de la integración por el trabajo, la
unidad comunal y la paz, bases firmes de la supervivencia de su especie.
PEDRO MIGUEL
ALVARADO MERINO,
Publicado en el Suplemento CULTURAL, marzo 15 de 1991.
En la foto la Diosa Shi representada para una estampa en julio del 2016, por la IE ALm. mIguel Grau.
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