- septiembre 14, 2017
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JOSE LUIS CARLIN RUIZ
Ordenando mis archivos encontré
unas fotocopias de antiguas publicaciones de un diario regional, “seguro, estas
me las dio Kiko…”, pensé. Después de Pedro Alvarado, el profe heredó la
noble tarea de preservar la historia de
Morropón y me sentí comprometido al leer
esa publicación y recordar a la vez lo que he aprendido de ellos y como
este importante legado no debe perderse jamás, me apunto en la lista para
postular a ser un digno sucesor.
Kiko Sánchez viene aportando
grandiosamente a la cultura morropana y
a su historia con algunas jóvenes publicaciones, entre ellas “Voces y
letras de Morropón”, en la cual rinde
homenaje al Gran Ramón Domínguez, sin embargo el gran cumananero siempre anheló
ver materializada su propia obra, han pasado ya muchísimos años y aún no hemos
tenido el honor y placer de tener y leer
tan magnificas e inéditas composiciones; bien llegaría a nuestras manos, ya que
a pesar de los esfuerzos hechos, nuestra herencia poética se está perdiendo, lo
poco que queda se está volviendo algo comercial y parte de un show de noviembre
en el que algunas personas se atreven a recitar cualquier barbaridad
presentándola como cumanana ante un sorprendido jurado que no tiene otra salida
que elegir un ganador; a continuación
una remembranza al sueño quebrantado de
Don Ramón de ver publicadas sus cumananas en un libro que el mismo llamó “Mis
Noches Sin luna”, a través de un articulo publicado en el Diario El Tiempo en
1983:
Piura, domingo 10 de julio de
1983.
VENTANA ABIERTA
RAMON DOMINGUEZ SAAVEDRA
“EL ULTIMO CUMANANERO”
POR MANUEL ANTONIO ROSAS C.
La cumanana, de clarísima
resonancia africana en su nombre, es un género literario que pertenece al
acervo folclórico de la costa del Perú. Poesía improvisada al momento, permite
que el autor de rienda suelta a su imaginación e ingenio para ir hilvanando con
humor y picardía frases de marcado acento popular. Nicomedes Santa Cruz el gran
decimista peruano y estudioso del folclore negro de nuestra patria ha recogido
y dado a conocer este género poético; añadiéndole aquel sabor tan original que
el imprime a sus interpretaciones. No se sabe con seguridad de donde vino o
donde nació la Cumanana. Los folcloristas todavía no se ponen de acuerdo como
ocurre también; con el tondero. Pero con toda seguridad el lugar donde se ha
hecho, tradicionalmente; cumananas es Morropón. De allí que este íntimamente
vinculado este pueblo piurano a tan criollo y hermoso género poético, como el
solar en donde se ha conservado en toda su pureza esta expresión popular.
Ramón Domínguez Saavedra es un
moreno, curtido por el ardiente sol; que vive en Morropón y quien con toda
seriedad es el último de los auténticos cumamaneros que tenemos en el Perú.
Casi ciego y pobre discurre sus años postreros entre la apacible calma
morropana recordando días pasados entre peleas y jaranas. Su abundante
producción de cumananas corre peligro de perderse si es que no consigue ayuda
financiera para publicarla en un volumen que el quiere titular “Mis Noches sin
Luna”. De fresca memoria recuerda con encanto
todo lo que ha salido de su ingenio desde aquellas cumananas que escribiera
hace muchos años en su juventud; hasta las más recientes composiciones que le
fluyen de sus labios cuando se propone deleitar
a un ocasional oyente que le
visita.
Ramón Domínguez Saavedra es
autodidacta y aprendió el oficio de cumananero en su infancia escuchando a
otros campesinos morropanos dialogar en verso en alguna fiesta popular. Nueve
años tenía cuando compuso su primer verso. Desde entonces jamás ha parado de
jugar con las palabras para abrir ventanas a su alma por donde salgan poemas de
corte sencillo pero de hermosas cadencias. Su permanencia vital en el campo de
tantos años le ha dado destreza para rimar con el nombre de los elementos del
paisaje morropano; con los oficios y las costumbres de las gentes; con el habla
socarrona y pícara de los negros que por varios siglos han vivido en ese valle
caliente de Piura.
Una de las características
principales de la Cumanana es que se improvisa como coplas y con el aire de desafío.
Nicomedes Santa Cruz la consigna con este significado: “coplas cantadas en
desafío, con acompañamiento de guitarra a la
manera tradicional de Piura”. Tiene pues este género de poesía popular
la particularidad de invitar a la respuesta que debe ser en la misma forma y
con el mismo estilo. En las fiestas de Morropón y de todos los caseríos de la
zona las competencias entre cumananeros
fueron siempre una demostración clara y bella del alma campesina; con
todo su ingenio y agudeza.
El mismo nombre de Cumanana
revela de primera intención su ancestro africano. Los negros que fueron traídos
en la época de la Colonia a la zona de
Morropón para ser empleados en las labores agrícolas trajeron su folklore
vernáculo que fue conservado con bastante pureza; pero; que al fin; se mezcló
con otros elementos del lugar y evolucionó hacia un mestizaje parecido al que
se dio en Lima y en Chincha.
Ramón Domínguez Saavedra es un
verdadero cumananero morropano y por eso pensamos debe ayudársele
económicamente para que pueda él editar su obra y de esta manera salvar para la
cultura peruana este aporte singular que tiene mucha importancia. Por sus
padecimientos visuales ha tenido que dictar sus composiciones a otras personas
para que se las copien. Un esfuerzo que no se puede quedar en el aire. “Mis
noches sin Luna”, tiene que llegar a todos los peruanos para hacer justicia no
solo al autor sino a la brava tierra de Morropón que debe ser reconocida en
todo el Perú como la cuna de un mestizaje y de un folklore que son parte de la
cultura peruana.
En esta búsqueda de identidad
para la cultura piurana dentro del contexto de la cultura del Perú que
constituye un desafío para los estudiosos y sociólogos que quieran rescatar
para nuestro departamento aquellos aportes originales con lo que Piura ha
contribuido, hay que dar especial importancia al elemento negro que también
participó en el mestizaje que a lo largo de cuatro siglos y medio, desde el
episodio fundacional de San Miguel en
Tangarará se fue decantando en estas ubérrimas tierras del norte.
Hemos visto como el Centro de
Promoción y Capacitación (CIPCA) ha
publicado hace pocos varios volúmenes de gran contenido e importancia en
relación con los aportes indígenas de esta zona. Un trabajo que ha dado a conocer
la valía y la trascendencia de la cultura nativa que lamentablemente había permanecido
ignorado para muchos. De esta misma manera habría que acercarse a aquellos
poblados, metidos en los campos; donde subsisten expresiones y giros de origen
negro como son la cumanana y el tondero; además de voces y giros de estirpe
africana.
Las coplas de Don Ramón
Domínguez, romancero y campesino dichas al viento con libertad; debemos
permitir que queden para siempre retenidas en el papel impreso; frescas y
alegres para que todos los piuranos disfrutemos siempre con ellas.
Piura; julio de 1983.
Sin duda alguna una gran reto
para quienes amamos la cultura e historia morropana, ojalá, usted amigo lector
ya esté interesado en dar su aporte y ser parte de esta gran aventura de volver
a la vida a través de la magia de la
lectura a este gran morropano Don Ramón Domínguez, si las instituciones u
organismos que se supone deben actuar y apoyar acciones como estas no lo hacen,
la tarea está en nuestras manos. Ojalá pronto, y con la venia de los familiares, podamos en las bibliotecas morropanas y de nuestro país,
leer el prólogo firmado por Kiko Sánchez de un
libro titulado “Mis Noches Sin luna”….
Morropón 18 de marzo del 2013
MIGUEL GODO CURAY
Morropón, tiene un nombre
curioso. Dicen que es el nombre de un ave que cuando anida conjura en un
santiamén la sequía. Por eso los agricultores cuando lo contemplan en su raudo
vuelo le dicen “Morro pon”. Ahí nació Monseñor Pablo Alvarado Arrate. En su
propio decir “bajando de Pambarumbe”. Vio la primera luz en la mentada calle de
Los Ángeles. Fue hijo de de don José del Carmen Alvarado Lamadrid y de doña
Elvira Arrate Córdova, morropanos de pura cepa.
Según refieren, siendo churre,
estando en la hamaca lo sorprendieron cara a cara con un macanche. El ofidio
finalmente saltó sin hacerle daño a la criatura. Su padre maestro de Capilla le
inspiró desde su niñez amor por la música. Pero ignorando su vocación le
advirtió que un cantor de iglesia no puede andar haciendo gorgoritos y
requiebros en los chicheríos. Los estudios religiosos en la secundaria los hizo
en el seminario Santo Domingo Savio de Piura al lado de cultos y entusiastas
sacerdotes salesianos. Sinesio López, quien también estuvo por estos predios
espirituales evocaba el sonoro latín de los profesores y fragmentos de poemas
de D’anunnzio. “La diestra espiritual sobre un salterio, / solemne y taciturna,/
una mujer vigila en el misterio / de la hora nocturna.
Pablo Alvarado, realizó luego
estudios teológicos en el Seminario santo Toribio Mogrovejo (Lima).
Posteriormente estudió pedagogía en la Escuela Normal Superior Guzmán y Valle.
El entonces Obispo de Piura Monseñor Hinojosa Hurtado lo envió a la Universidad
Católica de Chile. En 1963 viajó a Roma al seminario Pío Latino uno de sus
recordados paisanos y más querido amigo fue el padre Eduardo Palacios Morey.
Con quien fue testigo de las deliberaciones del Concilio Vaticano II. Luego
continuaría por Madrid y luego de retornar al Perú.
Fue en la estancia europea en
donde surgieron sus mejores composiciones musicales. Valses y tonderos, himnos
y tonadas en las que estaba presente el Morropón de la ausencia. La música le
brotaba del alma, con el solo golpe de las manos surgían las composiciones de
la santa tierra. Tonderos y tristes que tarareaba con lágrimas en los ojos.
Alguna vez en el atelier piurano de Engelberto Ramírez, contemple un retrato de
Monseñor sonriente. En la tiniebla y con la luz de la vela le repliqué al
artista “sólo falta que cante”- Y en efecto Monseñor tenía en sus oídos las
tonalidades y los requiebros del tondero.
De Morropón es también Felipe
Cossío del Pomar, nuestro insigne pintor de cuyo pincel brotaban angelitos de
rostros mestizos y encarminados como los de los altares de los talladores
indios. Al escritor Enrique López Albújar, que también vivió en estas tierras
yungas, le brotaron historias surgidas en las noches de conversa de las
bíblicas abuelas y los lances valerosos de los bravos.
Recuerda don Enrique que a toque
de reloj marchaba con unción a recibir su ración de alimento intelectual en la
escuela. Morropón era como hoy no un pueblo con escuela sino una escuela con
pueblo. Anota el ilustre escritor: “Lindo pueblo, bravo pueblo, rico pueblo,
tanto, que nunca le faltó pan para poner raya el hambre, para apostar
sombrereadas de plata por un gallo de pela, regar puñadas de cuatros y pesetas
en un golpe de arpa…” Monseñor tondero cerró sus ojos. “Ay tondero, ay tondero
de mi tierra/ en mis venas, en mis venas vives tú”. Eternamente añado yo.
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Edgardo Carrasco Rojas
Piura. Durante muchos años me he
preguntado cuál es el verdadero origen del nombre del cerro Pilán, yerática
pirámide ubicada en el caserío de Franco en Morropón; casi nadie se atreve a
dar aproximaciones el porqué el nombre del cerro. Partiendo del punto del vista
del padre Pablo Alvarado Arrate, que los nombres de los ríos y cerros de
Morropón son de origen quechua y mochica, entonces Pilán será un término
mochica o quechua.
A partir del año 1992, hice una
serie de consultas a historiadores e investigadores sobre el origen del nombre
del misteriosos cerro, pero nadie dio entonces una respuesta de rigor
científico; sólo salieron a relucir facilismos que no tienen ningún sustento
lógico. Un escritor que se ha ocupado muchísimo en resaltar los misterios del
cerro y los actos del bandorelismo, a través de sus obras, sostiene que el
nombre del cerro se debe precisamente a la forma de pilón que tiene. El pilón
es un instrumento, que aún se usa en el campo para apilar el arroz, se golpea
una y otra vez en un mortero, ambos son de madera.
Los escritores Carlos Espinoza
león y Enrique López Albújar, se han ocupado del famoso cerro. Espinoza León, a
través de sus obras "Froilán Alama el bandolero" y " el embrujo
del cerro Pilán", da a conocer como suceden una serie de hechos
misteriosos y asimismo las correrías de los salteadores de caminos que tuvieron
en el cerro Pilán, un refugio insospechable, como lo dijera alguna vez el
extinto historiador morropano Pedro Miguel Alvarado Merino. Por su parte en la
obra "Los caballeros del delito", Enrique López Albújar, hace un análisis
de como los bandorelos, cometían sus fechorías en la estribaciones del cerro
Pilán, en las cercanías de Franco y Solumbre.
Sobre el punto de vista de
Alvarado Arrate, consultamos al profesor en lingüística de la Universidad de
Piura, Carlos Arrizabalaga Lizárraga, sobre el tema en cuestión. Indudablemente
la respuesta del científico merece mucha atención porque lejos de aventurar
cualquier cosa o facilismo, sostiene: "realmente es difícil determinar el
significado de los topónimos, más aún cuando han desaparecido los idiomas que
se hablaban en esa región. Morropón es palabra mochica muy transparente: el
cerro de la iguana".
Arrizabalaga aclara que Pilán no
resulta tan transparente. Hay muchos nombres de lugares que presentan esa
terminación: Sipán, Sicán, Serrán, Colán, Tumán y Larán. Asimismo el profesor
en lingüística, refiere, que fue la curiosidad por esos nombres, como muy lo
señala José Antonio Salas - según Arrizabalaga - lo que llevó al alemán Enrique
Brüning a recoger un vocabulario de la lengua mochica, para lo cual se trasladó
unos meses, en 1912 al pueblo de Eten, refugio de los últimos hablantes de la
lengua mochica.
Arrizabalaga dice que Brüning no
incluye en sus listados el término Pilán, pero interpreta la terminación -an
como término "anek" con el significado de "casa", aunque
Fernando de la Carrera - añade Arrizabalaga - el presbítero que hizo la única
gramática (que incluye un pequeño vocabulario" del mochica en 1644 asigna
la palabra "an" el significado del verbo "ir".
"Es muy plausible que
"an" signifique "casa" en esos topónimos, considerando
"casa" de modo flexible (lugar donde se vive, población)",
sostiene el estudioso de origen español.
Arrizabalaga, enfatiza a ciencia
cierta que no puede dar una interpretación del significado del primer elemento
del término "Pilán", pero tal vez podría explicarse desde el mochica
como adaptación o evolución de "pey", que quiere decir paja, hojas
secas, panca de maíz; o tal vez de "pelyu", que significa
"tinajón", donde se guardaba, con arena de médano, el pallar o el
frijol durante el invierno, técnica que se ha conservado hasta hoy.
Arrizabalaga finaliza diciendo que probablemente nunca se sepa científicamente
el origen del término Pilán.
De manera tal que las
aclaraciones del doctor Carlos Arrizabalaga, tiene sustento científico, y es
muy difícil conocer a ciencia cierta cuál es el verdadero origen del vocablo
Pilán. A pesar del riguroso estudio que ha realizado el profesor Arrizabalaga,
sobre este tema, no ha encontrado evidencias contundentes, que le permitan
decir con claridad el origen el término "Pilán". Si duda es de suma
importancia lo que el doctor Arrizabalaga, sostiene todo referente al término
Pilán, dejando fuera de rigor científico, lo que otros estudiosos han dicho
sobre el origen de la voz "Pilán".
El Regional de Piura: 11 de enero
del 2009
- septiembre 14, 2017
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Edgardo Carrasco Rojas
Piura. Hace poco estuve en el
cerro Pilán, y como hace muchísimos años las creencias y temores de los
lugareños por el misterioso cerro siguen vivas a pesar de que se viven tiempos
modernos. Es muy fácil sacar conclusiones el porque de los temores cuando
alguien o un lugareño de los caseríos de Franco, Solumbre, Piura La Vieja,
Talanquera y El Chorro, se les habla de la bondades y peligros de Pilán,
inmediatamente lo vinculan a una serie de hechos misteriosos que ocurren de
cuando en vez en su interior.
Más de un lugareño sobre todo los
de Franco y Solumbre sostienen que por la atardecer y las noches se oye aullar
a un perro o también escuchan a una orquesta en plena ejecución. Los sonidos de
la orquesta y el aullido del perro salen desde el interior del cerro, según
narra Hilario Escobar Céspedes, natural del caserío de Franco que el perro,
quedó encantado por los años 60 del siglo pasado, y era propiedad de Serapio
Montalbán Romero, quien muy a menudo y desde temprana edad visitaba el cerro
hasta la adultez acompañado de su padre Teófilo Montalban; sobre estos dos
personajes cabe precisar que están vinculados al hallazgo de más de una docena
de ladrillos de oro en las profundidades del cerro Pilán allá por los años
1940, entonces Serapio era un niño y según el relato de familiares cercanos
éste acompañaba a su padre Teófilo a pastar las cabras en los frondosos bosques
del cerro cuando de repente encuentran en una hoyada varios ladrillos de oro.
Según testimonios fidedignos dan cuenta que los dos hombres luego de terminar
la faena del pastoreo a eso de las cinco de la tarde cuando quisieron regresar
al caserío de Franco, no podían encontrar el camino de retorno a pesar de que
hacían los esfuerzos necesarios para hallar una salida, pero volvían al mismo
punto en donde habían encontrado los ladrillos de oro. La noche se acercaba
entonces Teófilo pensó de que el problema era los ladrillos que las llevaba en
la alforja determinando por botarlas, luego de la determinación ambos hombres
por fin encontraron el camino de salida a Franco; pero la historia se motivó de
un artículo post con todos los detalles y con datos muy puntuales.
Lo cierto del caso es que más de
una persona aún en estos tiempos sigue escuchando aullar al perro. Así como el
perro encantado existen una serie de historias que hacen del Pilán un cerro
temido, porque según los lugareños los pueden encantar, es por eso que casi
nadie se atreve a andar sólo por esos lugares, siempre se hacen acompañar de
otra persona.
Para la gente de los lugares
mencionados el cerro Pilán impone respeto a sus anchas y otros señalan que el
cerro les roba sus rebaños para saciarse con la sangre, desde luego los
animales quedan encantados y de vez en cuando se les oye balar. Pero así como
existe gente que le guarda enorme respeto al cerro hay otros que minimizan los
hechos misteriosos que ocurren cada cierto tiempo.
Por ejemplo para Luis Mariano
Peña Sancarranco que también ha tomado interés en descifrar los misterios del
Pilán, sostiene que son psicosociales o cortinas de humo y puro invento los que
se dice del cerro. "Yo conozco muy bien el cerro y desde niño lo he
visitado innumerables veces y nunca he escuchado o visto algo raro o fuera de
lo común", sostiene Peña.
Otro lugareño por razones obvias
no se quiso identificarse sostuvo, "más bien el cerro ha sido utilizado
por personas de lo ajeno para cometer sus fechorías. Ahí por ejemplo se han
encontrado en años anteriores varios cadáveres, probablemente los mataron en
otro lugar y lo por estratégico de la zona los botan ahí".
Lo que sí está confirmado y así
lo señala el escritor Carlos Espinoza León, que el cerro Pilán fue refugio
insospechable de bandas dedicadas al bandolerismo entre ellas la banda del
mítico bandolero Froilán Alama. El cerro era preferido porque en su interior
existen cuevas o túneles que sirvieron para el escondite ideal y para desviar
la atención de los gendarmes en entonces.
Enrique López Albújar, en su
ensayo "Los caballeros del delito, hace mención de presencia de las
bondoleras hermanas Palma en las estribaciones del misterioso cerro. Otro
bandolero que tuvo su cuartel general en el cerro Pilán allá por los años 30 del
siglo pasado fue Andrés Colato, hombre de un físico impresionante y temido por
su mirada penetrante. Los testimonios dan cuenta que siempre montaba en una
mula.
Otro detalle importante del cerro
es que en los últimos años se le vincula a la presencia de OVNIS. Sobre este
punto son muchos los estudiosos que se han ocupado de este evento y uno de
ellos es el ufólogo Antonhy Choy. Pero qué piensa la gente lugareña de estos
fenómenos. Sólo atinan a decir que durante muchas décadas atrás vienen
observando fuertes luces luminosas en la cima del cerro.
En lo que si deben creer los
lugares, las autoridades del Instituto Nacional de Recursos Naturales y las
autoridades edilicias del distrito de Morropón, es la constante deforestación
del bosque seco del cerro Pilán. La tala indiscriminada es dolorosa sobre todo
la especie de hualtaco que existe en cantidad en diferentes partes de cerro y
las estribaciones los algarrobales casí ya no existen. Pero ¿ quiénes son los
que realizan diariamente la ilícita labor indiscriminadamente?.
Hemos identificado a dos grupos:
el primer grupo son los mismos vivientes cercanos al cerro que hacen uso
irracional de la madera y leña del cerro; unos se afianzan de leña para
comercializarla y otros para el consumo doméstico. El otro grupo son leñadores
de Morropón, quienes todos los días se les vé ir con sus burros y carretas.
Estos hacen lo que se les da la gana depredando lo poco que queda del cerro y
nadie dice nada.
El Regional de Piura: 08 de junio
del 2009
- septiembre 14, 2017
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JOSE LUIS CARLIN RUIZ
(2010)
¿Cómo imaginaba ver a Morropón
hace 20 años? ¿Pensó que Morropón sería reconocido a nivel nacional e
internacional por su baile el Tondero? ¿Pensó que Morropón se convertiría en
eje comercial y punto estratégico para una Mancomunidad conformada por siete
distritos? ¿Qué seria visitada y encantaría a propios y extraños?
Todo esto ahora es una realidad,
Morropón está cambiando y es imposible cerrar los ojos a este cambio y nos está
ofreciendo, no solo a quienes vivimos aquí sino también a los visitantes una
diversidad de atractivos: su baile, sus paisajes, su gastronomía, su historia y
cultura y además oportunidades de negocios.
Morropón cuenta con lugares
históricos y culturales, ruinas y restos prehispánicos como en Talanquera,
Solumbre, el mismísimo cerro de la Cruz y las faldas del Maray por el lado del
caserío Bocanegra. Una Casa de la Cultura, edificios de la época colonial y del
hacendado, un hermoso templo como ninguno en toda la provincia.
Morropón está cambiando, se está
volviendo una ciudad moderna se vienen ejecutando obras para mejorar su espacio
urbano y mejorar sus condiciones, es satisfactorio ver casi todo el centro de
la ciudad pavimentado. Recientemente se construyó la Calle Puente Uceda en el
AAHH 09 de octubre, convirtiéndose en una nueva vía de ingreso a la ciudad y
permitiendo ir ordenando el tránsito vehicular. Se han construido y
reconstruido algunas cuadras en el Jr. Palacios. Se está construyendo la calle
Los Ángeles, Jr. Alva, algunas cuadras en el Jr. López. Se ha reconstruido toda
la calle Dos de Mayo, mejorando el acceso al mirador turístico de la Loma de
los Pobres. Se proyecta construir toda la Calle Buenos Aires así como también
la remodelación de la Plaza de Armas. De igual forma se vienen mejorado las calles
y construyendo veredas en los Asentamientos Humanos.
Se está ordenando el trasporte
urbano e inter urbano colocando semáforos en los puntos más críticos de la
ciudad. Morropón cuenta ahora con un Programa de mejoramiento del servicio de
limpieza pública, importante servicio que va de la mano con la preservación y
conservación del medio ambiente.
Se han mejorado los accesos a
cada uno de los caseríos otorgándoles a sus habitantes mejores condiciones de
vida y elevando su autoestima y sobre todo brindándoles la oportunidad de que
cada uno de ellos, muestre sus encantos y maravillas como Talanquera y sus
restos arqueológicos, Solumbre y Franco al cero Pilan y sus misterios, El
cerezo y Zapotal con sus cataratas, santuarios y bosque. Piedra del Toro muestra
orgulloso su Bosque Seco, sus quebradas y figuras de animales petrificados.
Bocanegra al imponente Maray y la Huaquilla muestra sus paisajes de palmeras y
rocas.
Morropón tiene ahora gracias a la
inversión privada modernos hoteles en pleno centro de la ciudad, y esta
inversión privada no se detiene pues se construye hora un moderno edificio que
incluye galerías comerciales, departamentos y un centro de recreación con
piscina pública incluida. Cuenta con servicios de telefonía fija, y celular y
acceso a Internet no solamente público sino también domiciliario.
¿Cómo será Morropón dentro de 10
o 20 años más? ¿Continuará creciendo, cambiando y volviéndose una ciudad
moderna y segura?
De seguir con este impulso, el
esfuerzo y trabajo incansable, una gestión abierta, transparente, participativa
y democrática como la actual, Yo creo que Morropón si cambiará, pero también
usted amiga y amigo morropano, tiene que comenzar a creer más en su propia
tierra, en usted mismo y cada uno de los vecinos y amigos morropanos, tomemos
conciencia de que este cambio lo hacemos juntos. Cuidemos a Morropón,
mantengámoslo siempre limpio, bello, atractivo; recibamos a quienes nos visitan
con todo nuestra amabilidad, hagamos sentirlos como en su casa, hagamos que
Morropón siga siendo una ciudad acogedora y tranquila.
Tenemos todo en nuestras manos,
no lo echemos a perder, no permitamos que este cambio se detenga. Gracias a
ustedes que creen en Morropón, gracias a quienes desde su condición y
posibilidades trabajan para y por hacer de Morropón un mejor y buen lugar para
vivir.
Ahora amiga o amigo lector le
tengo un reto: Morropón está cambiando, cambia tu también. ¿Lo harás?
- septiembre 14, 2017
- MORROPON
JOSE LUIS CARLIN RUIZ
Morropón, no tiene grandes
avenidas, no tiene edificios, no tiene vistosas discotecas, hoteles ni
restaurantes lujosos, no es la gran ciudad, es un pedacito de cielo escondido
en el hermoso valle del Alto Piura, es un pedacito de tierra verde en los meses
de lluvia hasta finalizar julio luego se vuelve casi marrón, pero el sol nunca
deja de brillar sobre él, volviéndolo esmeralda brillante, dorado en la
cosecha, el aire aun es puro y los choquecos alborotan la tarde entre los
cercos…
En Morropón hay casitas aun de
quincha con su techo de tejas a “dos aguas”, sostenidos por horcones
retorcidos, aún hay casitas con su argolla en la vereda para amarrar al
“burrito”, fiel compañero, aún hay casitas con “su postigo” para que entre al
atardecer la bestia y amarrarla en el corral, ponerle pasto que sobre su lomo
ella misma cargó.
Hay casas de ladrillo y concreto,
con sus puertas de fierro o de buen madera, casas de dos pisos, modernas y
bonitas, sus calles casi todas asfaltadas,ordenadas como tblero de ajedez, con
su veredas y su jardines, transitan mototaxis y autos por sus calles,
camionetas y camiones, pero también transitan carretas jaladas por mulas,
caballos o burros, también a veces pasan por su calles burros o vacas
“arreadas” por el hombre o la mujer campesina, que al caer el sol regresan
sudorosos del campo, con sus manos callosas, y su ropa oliendo a hierba, a sol,
a barro, a trabajo, a dignidad, si pues y es que Morropón vive de sus buenas
tierras de la lluvia, del agua que corre por el “La Gallega” , por el agua que
corre en el canal Morropón y Franco. Pasan golpeando el concreto, y al pasar
por las casitas de “quincha” forman un perfecto óleo del mejor artista. En las
noches la luna se asoma por el Maray y sube hasta posarse justo por encima de
la Plaza de Armas, noches tranquilas, silenciosas interrumpidas a veces por un
“camaretazo” seguro de alguna “quema” a media noche festejando el cumpleaños
del amigo…
Si es verano, los “churres”
subidos en las mototaxis camino a “Las Peñitas”, si es julio todos de gala,
elegantes, para rendir honor a la patria y aplaudir al Colegio Sta Rita o al
“Miguel Grau”, clásico; si es agosto haciendo volar el “portavion” o la cometa
hecha de bolsas y con rabo de trapos viejos que seguro sacaron de la canasta de
ropa sucia… si es noviembre ahí sí que se arma la jarana, es tiempo de recordar
al negro pitingo, al peón vestido con su mejores galas celebrando a la luz del
candil en la plaza Grau , de recordar las noches de arpa y de cajón… es
noviembre es mes para recordar a la mamita Virgen del Carmen, mes de bailes de
castillos, de tondero…
Es mes para pasar por cualquier
calle y escuchar un tondero y al asomarte a la casa seguro que estarán los
“churres” bailando, ensayando en su propia escuela, su casa, para bailar en el
festival, y si la casa queda chica por que se llenó de bailarines, buena es la
calle… como lo hacía Pedro Farfán.
Las mamas van y vienen con sus
niños buscándoles parejita, no hay academias ahí está la casa de los Olaya, de
Marita Peña, de Jesús Farfán, de los hermanos Espinoza, de Olenkita, de Mayli…
muchas, muchas casa - escuelitas, los más grandes ensayan por las noches, se
vive ya la fiebre del tondero, de ese tondero neto y puro, de ese tondero de
pie “pelao” de guitarra y de cajón, de ese tondero original, con estilo,
elegante y señorial, tondero de Morropón…. El Coliseo Santa Rita se llenará
antes de las ocho de la noche y ahí estarán las mamas haciendo barra, y las
sonrisas y aplausos se mezclaran con la alegría de la música y como blancas
palomas desfilaran ante los ojos del entusiasmado publico cientos de
pañuelos….no importa si el festival termina a las cuatro de la mañana total ,
Morropón es muy tranquilo y caminar por sus calles no significa ningún riesgo…
la semana siguiente será la Feria Agropecuaria y será una fiesta de niños,
jóvenes y agricultores, exhibirán sus mejor ganado y sus mejor espiga, sus
mejores paltas y plátanos de la Huaquilla y de Franco, tres días de un
encuentro entre la modernidad, la tecnología y el calor del campo.
Mientras en el templo San Isidro,
se encienden velas para iniciar la novena a la mamita Carmen, el sábado será le
baile y la gente caminara alrededor de la plaza, y se detendrá de vez en cuando
a jugar en la ruleta, se sentarán seguro en las bancas de madera a disfrutar de
un rico “horneao” de pavo de la Zoilita Feria, caminaran mirando los
carruseles, pasearan en el trencito, o comerán esas rojas manzanas o el
pegajoso algodón de azúcar, caminaran, hasta pasadas las doce de la noche
cuando el cielo se ilumine con luces de colores mientras la banda toca alegres
marineras… al día siguiente adornada con un hermoso Carmelo sale en Procesión
la Virgen del Carmen, pequeñita, hermosa, frágil, vestida con su traje nuevo
color marrón y su niño lucirá elegante con su traje blanco, y los feligreses
pondrán altares en sus puertas para el que el párroco pase echando bendiciones.
Dos días de procesión, dos días de baile y castillos y no faltara la “vaca
loca” que asustará a más de uno…
Pedacito de cielo, pedacito de
tierra, entrañable, difícil de olvidar y de dejar, fácil de llegar, a hora y
media de Piura, carretera asfaltada y segura, hoteles cómodos y acogedores,
discotecas para pasarla bien con los amigos, restaurantes y ranchos,
picanterías y chicherios, gente que te sonreirá y te acogerá, pedacito de
tierra santa, de paisajes hermosos, de gente alegre y espontánea, pedacito de
tierra, tierra del tondero y cumananas… ¡ Morropón paralelo de la Gloria¡ . Se
anima a venir?
- septiembre 14, 2017
- MORROPON
Por Carlos Arrizabalaga
Lizarraga. *
El padre Justino Ramírez refiere
que Morropón tuvo su iglesia antes en el cerro Maray, luego pasó a las pampas
de Moscala, y finalmente se vino a Morropón, reconstruyéndose luego de las
lluvias de 1925. El sitio original, en la sierra morropana, fue abandonado al
parecer por la abundancia de mosquitos. Lo cierto es que maray es palabra
quechua que significa ‘batán‘ o ‘piedra de moler‘ (la que está debajo, aclara
González Holguín).
Pedro Alvarado señala que en
tiempos prehispánicos existió en la zona un cacicazgo de regular importancia,
pues a la llegada de los españoles se menciona el valle o cacique de Moscalá o
Moscalaque como encomienda que el platero Diego de Fonseca había comprado a
Juan de Escobedo (y después pertenecería a Suero de Cangas) por la cantidad de
mil pesos. Y constituyó una de las primeras doctrinas o repartimientos de
indios, en la que a fines del XVI era cura doctrinero el criollo Alonso Ruiz
Calderón, justamente quien recibió del obispo López de Solís el encargo de
traducir el catecismo a la lengua tallán (tarea que al parecer no pudo
cumplir), tal como se registra en una relación de 1597, que lo menciona como
"lengua", esto es, conocedor de la lengua indígena. Sin embargo, en
el Archivo Provincial de Piura se conserva un legajo sobre un extenso y
complicado pleito por la posesión de las tierras del valle iniciado por
Cristóbal Lupo, que dice ser "indio natural del pueblo de
Moscalaque", contra Martín Fernandez de Ugarte a la sazón corregidor de
Piura. Se dice que "las dichas tierras" eran baldías y que sufren
"tanta disminución que en el dicho pueblo de Moscalaque no hay indio
ninguno que siembre en él por haberse muerto todos".
Tal vez por ese motivo poblaron
el cerro Maray abandonando Moscalaque. Este otro topónimo podría provenir de
musca: ‘almirez o mortero‘. Dice Esteban Puig que es una "piedra de
moler" muy buscada por los chamanes. En la zona existió además una
importante producción minera prehispánica. Pero los demás elementos del
topónimo (que por las variantes fácilmente se descomponen en dos: [-la, -que]
no parecen formas del quechua y no cabría darles una interpretación adecuada,
aunque los encontramos en Narihualá, Simbilá, Tacalá, y en Parachique,
Ñañañique...
Martha Hildebrandt interpretaba
en 1950 que los primeros significan río o laguna, ya que -la significa ‘agua‘en
mochica (en tallán yup). El final consonántico /-k/ no es raro en esa lengua, y
suele acomodarse al castellano con vocal paragógica: jjik-tšépek(e) >
Jequetepeque (‘quebrada del batán‘).
Don Justino Ramírez pensaba que
Moscalá habría cambiado de nombre por los "dos pequeños oteros o morros de
tierra que ostentan en el centro sendas cruces", y para ello se apoya en
el testimonio de los mayores de la villa. La tradición popular ha querido
derivar el nombre de Morropón de "morro" por estar rodeada de cerros
en los que retumba "¡pon!" el trueno. Pedro Alvarado compuso la
fábula de un ave convertida en tótem como "morro", un bello pájaro
sagrado muy melodioso, al que le imploraban: "¡Morro! .... pon tus huevos,
que nos traen suerte con lluvias y cosechas. ¡Morro-pón!" Otros pensaron
que el motivo era que un hacendado había traído peones de Mórrope y de ahí les
decían "morropanos".En realidad Morropón era inicialmente el nombre
del cerro que domina el valle, junto a otras lomas menores. La etimología del
término lo demuestra pues en verdad es una expresión claramente mochica,
compuesta del genitivo "murr" (‘iguana‘) y el genérico
"pon" o "pong" (‘cerro‘). Morropón significa, pues,
"cerro de la iguana". Los viejos morropanos tenían razón pues antes
de un pueblo o un distrito, un río o una hacienda cercanas, el cerro de
Morropón se llamó Morropón, y éste no cambió de nombre sino cuando el 6 de
enero de 1855 se puso allí una gran cruz.
Es un étimo factible dada la
abundancia de los reptiles. José Ignacio Lecuanda les dedicó gran atención,
mientras que en la anterior descripción de Trujillo había concluido que allí
"nada tienen de particular o de admirable". Pero hay algo más. Los
españoles se asombraron al hallar en tierras tallanas grandes depósitos de
lagartijas secas para llevarlas al Cuzco "con todas las demás cosas que
ellos tenían que tributar", dice Pedro Pizarro (1555), y al parecer era la
forma habitual de conservar los alimentos, según declara Juan Ruiz de Arce
(1543). El también conquistador Miguel de Estete (1534) declara haber visto
esas lagatijas, entre otras muchas cosas, al entrar los españoles al Cuzco.
Las iguanas y pacazos son de
sabor suave y es aún costumbre que con su grasa "se curan las quemaduras y
otras enfermedades de la piel", añade Leguía y Martínez. En la tradición
morropana, además, se conoce al río La Gallega (el río Piura) como río de la
Lagartija.
En conclusión, Morropón es el
nombre mochica que recibió el cerro junto al que luego vino a fundarse la
población. Esto apoyaría quizás a los investigadores que han querido ver una
colonización o dominación militar mochica del alto Piura frente a los que
prefieren hablar de simples contactos comerciales con las culturas piuranas
(sobre todo durante el periodo Sicán).
Pero todo el alto Piura hablaba
lengua tallán y no mochica a la llegada de los españoles. Más aún, en la zona
de Olmos se hablaba una lengua diferente al mochica y al tallán, tal vez
vinculada a la de Sechura. Pero muchas veces los topónimos no los crean los
naturales del lugar (para los que ese cerro podría ser, simplemente, el cerro)
sino los otros, los colonos o conqustadores del corredor comercial que fue el
alto Piura, los que necesitaran distinguir ese lugar, nombrándolo así al
observar los reptiles (que no han conservado nombres mochicas).
Sea como fuere, la toponimia
muestra aquí huellas de quechua y mochica en tierras en que se hablaba tallan.
Canta el padre Pablo Alvarado: "los mochicas y los tallanes nos legaron
tierras eternas". Suyos son también los nombres con que conocemos los
cerros, los ríos y las ciudades que nos albergan.
* Profesor del departamento de
Humanidades de la Facultad de Ciencias y Humanidades de la Universidad de
Piura. Artículo publicado en el diario Correo, martes 25 de marzo de 2008.
- septiembre 14, 2017
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JOSE LUIS CARLIN RUIZ
DOMINGO, 18 DE OCTUBRE DE 2009
Mi novia me invitó a que la
acompañe a la procesión del Sr. Cautivo de Ayabaca, un poco indeciso acepte,
casi a las ocho de la noche, encontramos a la imagen en una de aquellas aun
polvorientas calles de Morropón, venia entre luces y el sonido de tambores y
cánticos más bien alegres, un señor flaco y alto con la mirada fija en el
horizonte portando en una mano un manojo de avellanas y en la otra un tizón que
arde al cortar el viento, un perro camina junto a él, mientras un grupo de
niños llevan en sus manos pedazos de caña o carrizo con una aguja o alfiler en
un extremo, con el que corren a hincar los globos morados y amarillos que los
fieles colocan en sus ventanas, puertas, postes y aleros de aquellas casitas
que aún conservan su techo de tejas, y que se sostiene en gruesos postes de
madera.
No dejan ni un solo globo inflado
a no ser que la señora de la casa los corra con un grito ¡churre malcriado no
rompas los globos!, mientras que otras sonríen con las travesuras de los niños
que más bien al reventarlos alegran el paso de la imagen dándole el toque
festivo.
En el camino algunos vecinos han
colocado sus arcos hechos de carrizo, forrados minuciosamente de papel sedita
de colores, y en la parte más alta han colocado una cajita que debe tener papel
picado a alguna blanca paloma, y que se supone que al pasar la imagen tiraran
de la pajarrafia y caerán mecidos por el viento lo papelitos de colores, sin
embargo se rompió la tira y todos exclaman ¡ohhhhhhhh!. No importa, no cayó
nada, pero si la imagen pasó gloriosa bajo el arco derramando bendiciones.
Se escuchan vivas y rezos, cantos
y aplausos, avanza la imagen en brazos de peregrinos o fieles que pidieron
cargar la imagen; el Cautivito de Morropón es pequeño algo más de un metro, su
rostro finamente labrado sus ojos penetrantes y tristes, moreno, lleva en su
cabeza una peluca enrulada y bien cuidada, sobre ella una corona, gotas de
sangre se notan entre las luces y la oscuridad que caen de su frente, sus manos
atadas apenas se ven entre el hábito morado y adornado con lentejuelas
,cordones y cintas doradas. Yo lo miro fijamente pero me distrae el ruido que
hacen los peregrinos con su tambores y sus gritos de alegría, de pronto la
imagen se mueve como si estuviera bailando con anda y todo, son los cargadores
que a la orden de un fiel que camina de espaldas y de frente a la imagen les
indica cómo moverse: “a la derecha, a la izquierda” los peregrinos dispuestos
en dos filas comienzan a cantar canciones que suenan a cumbia serrana, a
huainito y carnaval.
Los miro detenidamente y me doy
cuenta que entran en éxtasis, bailando, gritando alzando las manos, y tan
concentrados en su celebración que parece que nadie los mira, que solo ellos
caminan tras la imagen, trato de comprender esa alegría, miro sus rostros miro
a la imagen y se me hace un nudo en la garganta, converso de algunas cosas con
mi novia, miro a quien van delante, pero me vuelve a atraer la actuación de los
peregrinos siento que todos los están mirando y que por un momento se olvidan
de que caminan en procesión y que la Imagen del Cautivo va entre nosotros.
Pienso luego en los días y noches
que caminaron desde Morropón hasta Ayabaca y que eso supone seis días, y veo
entre ellos a niños con su bandas moradas que cruzan su pecho o cintas en su
cabeza en la que se puede leer “peregrino de Morropón”, y los veo ahí
contentos, cantando, gritando, bailando, alabando como si nada, como si el
cansancio se borró al regresar a Morropón.
Recuerdo entonces las procesiones
del Sr Cautivo hace muchos atrás, ceremoniosas y reflexivas, cantos tristes,
oraciones y meditación, no habían peregrinos, y la procesión era acompañada por
la banda de músicos que tocaba con fervor cantos religiosos, y la gente en su
mayoría caminaba en silencio rezando o meditando, claro no faltaban los
chiquillos que aprovechaban la situación, pues en la procesión seguro que iría
la chica que les gustaba…
No sé en qué año empezaron a
caminar a Ayabaca y a su regreso acompañarían a la procesión y al llegar a la
calle Lima cerca al templo se arrodillarían y caminarían expresando gran dolor
y la gente nos agolpábamos para verlos caminar de rodillas desde la esquina de
la Rosita Rodríguez hasta el templo, no recuerdo que llevaban tambores ni alguna
réplica del Cautivito.
No recuerdo tampoco que año fue
que cambiaron su costumbre y hicieron una réplica de la imagen y compraron
tambores y empezaron bailar delante de la imagen, haciendo bailar
exageradamente a su réplica, ante el asombro de muchos y la procesión se volvió
una fiesta, cantos alegres, bailes exagerados, vivas y aplausos, que
particularmente me distraen y me sacan de mis pensamientos y aun cuando trato
de concéntrame en la imagen y pedirle algún favor no puedo hacerlo.
Le comento esto a mi novia y
empezamos a conversar sobre el tema y concluimos en que los peregrinos
adoptaron una cultura ajena, que trajeron de Ayabaca no solo la alegría de
haber visto a la Imagen original y su fe aún más grande sino que trajeron
consigo sus cantos, sus bailes propios de la serranía de Ayabaca y me doy
cuenta entonces que tengo que entenderlos y tratar de vivir con ellos esa fe y
entusiasmo con la que acompañan a la imagen.
Recuerdo que un tiempo fueron
cuestionados por esta actitud y ellos respondieron que así celebraban en
Ayabaca, que el Cautivo era serrano y que allá se bebía cañazo, se bailaba y se
cantaba y que la imagen no podía ser ajena a esta alegría y por lo tanto era
necesario moverla de la tal manera que parece que bailara junto a ellos.
Una cuestión cultural, de lugar,
de fe, de creencias, de costumbres, maneras de pensar y de ver el mundo.
Sea como sea esa noche vi en
ellos una fe inmensa, vi en sus miradas la esperanza de seguir y de tener a
alguien a quien mirar, confiar, contarle su dolor y encontrar la paz y alivio
para sus vidas. Me pregunto si podría caminar seis días como ellos y me
pregunto si tal vez si lo hiciera me contagie de ese sentimiento y camine tras
la imagen cantando y bailando.
Mientras tanto decido visitar a
la imagen en silencio y a solas allá en ese rinconcito sagrado que tiene el
Cautivo en el templo de Morropón, Creyendo tal vez que ahí si pueda mirar
tranquilamente a sus ojos y pueda mirar sus manos atadas por la injusticia, la
violencia y la crueldad en el mundo, atadas por el llanto de niños perdidos y
olvidados, de mujeres abandonadas y de hombres que sufren y que por ser hombres
nunca los han de ver llorar pero que sienten en su alma el dolor que sintió Él
en la cruz…
- septiembre 14, 2017
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ARTICULO ESCRITO POR EL PROFESOR
AGUSTÍN HUERTAS, Presidente Nacional del Movimiento Afroperuano Francisco
Congo, que también tienen presencia institucional en nuestro distrito
Mientras reflexiono cómo responder al pedido que se me hace, cual es el de escribir un artículo dedicado a mi pueblo negro, palabras imborrables acuden a mi memoria.
Martín Luther King en su discurso
Tengo un sueño dice: “Hemos vencido a éste lugar sagrado, para recordar a
Estados Unidos de América la urgencia impetuosa del ahora”.
Hoy les digo a ustedes, amigos
míos que a pesar de las dificultades del momento, yo aún tengo un sueño, sueño
que un día ésta nación se levantará y vivirá el verdadero significado de su
credo: afirmamos que estas verdades son evidentes: que todos los hombres y
mujeres son creados iguales.
Sueño que mis cuatro hijos
vivirán un día en un país en el cual no serán juzgados por el color de su piel,
sino por los rasgos de su personalidad.
¡Hoy tengo un sueño!
Cuando repique la libertad y la
dejemos repicar en cada aldea y en cada caserío, en cada estado y en cada
ciudad, podremos acelerar la llegada del día cuando todos, negros y blancos,
judíos y cristianos, protestantes y católicos, puedan unir sus manos y cantar
las palabras del viejo espiritual negro: “¡Libres al fin! ¡Libres al fin! ….
¡Somos libres al fin! ….”
Fidel Castro con respecto al
racismo en uno de sus tantos discursos opina que: “El problema de la
discriminación racial es, desgraciadamente uno de los problemas más complejos y
más difíciles de los que la Revolución tiene que abordar. El problema de la
discriminación racial no es el problema del alquiler, no es el problema d las
medicinas caras, no es el problema de la Compañía de teléfonos. No es ni
siquiera el problema del latifundio”.
El problema de la discriminación
racial es quizás la más difícil de todas las injusticias de las que han
existido en nuestro medio, aunque parezca increíble.
Sin embargo hay gente que va a la
iglesia y es racista, hay gente que se llama revolucionaria y es racista, hay
gente que se llama buena y es racista, hay gente que se llama culta y es también
racista.
Si bien existen muchas leyes
dadas por los gobiernos de ayer y los de hoy, así como acuerdos internacionales
contra la discriminación racial, yo soy de los que creen que los prejuicios no
se combaten con leyes, se combaten con argumentos, se combaten con razones, se
combaten con persuasión, se combaten con la educación.
Motivado por el pensamiento y la
ideología de aquellos que lucharon por las causas justas, asumí el compromiso
de conducir al pueblo afroperuano hacia mejores y elevados destinos.
¡Yo también soy negro … y qué!
De ser como soy me alegro,
Ignorante es quien critica,
Que mi color sea negro,
Eso a nadie perjudica.
En mi calidad de Presidente
Nacional del Movimiento Afroperuano Francisco Congo, Organización que tiene un
proyecto político, conformado por bases, desde Tumbes hasta Tacna, les animo a
mis hermanos Afroperuanos a ponerse de pie para hacer uso de sus derechos y
respeto a su dignidad como personas humanas.
Nuestra Organización creada el 30
de noviembre del año 1986 con el nombre de Movimiento Negro “Francisco Congo”,
nace como una alternativa de organización y desarrollo de la colectividad
afroperuana.Entre nuestros fines está la lucha contra todo tipo de
discriminación racial y la búsqueda de los espacios participativos que nos
lleven a mejorar nuestras condiciones de vida.
Los principios que guían nuestro
accionar son:
El respeto a los derechos humanos.
Igualdad de oportunidades para
mujeres y varones.
La independencia partidaria.
El rechazo a toda forma de
gobierno o política que atente contra la integridad de los seres humanos.
La búsqueda del desarrollo
sostenible con preservación del medio ambiente
La búsqueda de la paz como forma
de convivencia
El fortalecimiento de la
democracia como forma de gobierno.
Si bien tenemos una historia
triste y dolorosa, eso quedó en el pasado y hoy sólo luchamos por conseguir lo
que por dignidad nos corresponde… El derecho a la felicidad, porque la vida sin
felicidad no tiene sentido. Luchemos contra toda forma de esclavitud, desde
servidumbre por deuda, salarios míseros, falta de pago, tratos inhumanos, etc. La
lucha contra la discriminación debe constituir una forma concreta de acciones
por la transformación y la justicia social, porque no será posible construir un
Perú nuevo dentro de un mundo nuevo, mientras las diferentes formas de
discriminación sigan imperando y los Estados y Gobiernos así como los
diferentes grupos sociales no hagan nada por superar estas lacras que envilecen
la dignidad de todo ser humano. Queremos un Perú grande y próspero; un pueblo
libre y una democracia sólida para vivir mejor.
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