EL CURITA QUE TOMÓ PARTIDO POR LOS MORROPANOS, AUNQUE LO ENJUICIEN.

Muchos morropanos recordamos con cariño al Padre Eduardo Chapman Lavalle, como fundador del Colegio Santa Rita, y también como una buena persona que entregó su vida al servicio de los más necesitados, pero también es recordado con nostalgia por los hombres de esta tierra de sol, de labriegos y de espigas. El Padre Eduardo llegó a Morropón en octubre de 1964, cuando tenía 47 años de edad, cinco años antes de la Reforma Agraria, para entonces ya conocía y era amigo de muchos agricultores y por tanto conocía sus necesidades tanto como entendía la pobreza en la que muchas familias vivían, por eso no dudó nunca en luchar junto a ellos por la expropiación de las Haciendas Morropón y Franco.  Comparto con ustedes esta publicación, que da cuenta del valor y coraje que demostró el Padre Eduardo para convertirse en benefactor y defensor de nuestro Morropón, antes recordemos un poco la historia:
A partir del año 1969, durante la dictadura de Juan Velasco Alvarado, el gobierno peruano implementó una serie de medidas con el objetivo de transformar el panorama social del país, a través de un cambio en el sistema de distribución de la riqueza, particularmente del régimen económico y el de propiedad de la tierra. Una de tales medidas fue la promulgación del Decreto Ley No. 17716 (Ley de Reforma Agraria) con fecha  24 de junio de 1969, el cual tenía el objetivo de transformar la estructura de titularidad de tierras del país y sustituir los regímenes de latifundio y minifundio por un sistema de redistribución equitativa de la propiedad rural. La reforma agraria se llevó a cabo a través de expropiaciones de predios rústicos. Dichos terrenos, cuyos propietarios eran tanto personas naturales como jurídicas, pasaron en un primer momento a ser de dominio estatal, y luego fueron distribuidos entre campesinos y pequeños agricultores organizados en cooperativas y sociedades agrícolas.​ Las personas expropiadas obtuvieron el derecho a ser indemnizadas según una tasación realizada por el Estado, y sobre
En los años siguientes, alrededor de 11 millones de hectáreas fueron adjudicados a cooperativas y comunidades campesinas. Dos tipos de cooperativas fueron formados: las cooperativas agrarias de producción (CAP) y las sociedades agrícolas de interés social (SAIS). Las CAP fueron formadas en las haciendas agrícolas de la costa como propiedad colectiva de los trabajadores agrícolas. Las SAIS fueron organizadas en las haciendas ganaderas de los Andes como combinación de cooperativa de trabajo asalariado y comunidades campesinas tradicionales.
El distrito de Morropón, no era ajeno a este suceso, pues existían las Haciendas Morropón y Franco de propiedad de la Inmobiliaria Moscalá S.A. Un grupo de agricultores pidió la expropiación de estas tierras, pero por esta acción, fueron denunciados algunos de los solicitantes, sin embargo el R. P. Eduardo Chapman se solidarizó con ellos, tal como lo detalla la siguiente nota, publicada en un diario de circulación regional de aquellos años (entre 1968 o 1969)
CURITA TOMA PARTIDO POR LOS MORROPANOS AUNQUE LO ENJUICIEN
“Quiero también ser  enjuiciado, porque defiendo una causa social justa”, dijo desde el púlpito el pasado domingo, el párroco de Morropón, R. P. Eduardo Chapman de la Orden de San Agustín.
El religioso, en esa misma oportunidad, y ante una congregación de católicos de todos los niveles sociales de Morropón, dio lectura a una carta en la que, en forma clara, serena y valiente, defendía la posición adoptada por las autoridades del lugar con relación al pedido en actual estudio y discusión en las Cámaras del Congreso Nacional, en el que solicita que las haciendas Morropón y Franco, de propiedad de la Inmobiliaria Agrícola Moscalá .S.A. Sean íntegramente parceladas en aplicación de la Ley de la Reforma Agraria.
El pronunciamiento tan valiente y noble, causó revuelo en el distrito.
El comentario popular fue en el sentido de que “su pastor no rehuía responsabilidades y `refría correr la misma suerte que su grey”
“Quisimos aplaudirlo, pero por respeto al templo no lo hicimos”, dijeron muchos.
EXPROPIACIÓN
La demanda de expropiación de las haciendas Morropón y Franco data de mucho tiempo atrás.
En la actualidad está en discusión en las Cámaras Legislativas.
El representante de la Negociación Agrícola, según dijo el propio párroco indicó desde el púlpito de la iglesia “ha enjuiciado ante los tribunales a varios de los firmantes de un documento que suscribieron el pasado 9 de febrero” en el documento pedían la “Expropiación y Parcelación total de Morropón y Franco”.
Ocho de los firmantes del documento han sido enjuiciados, excluyéndose a otros, entre los que está el párroco. Casi todos son autoridades. Se sabe que han sido ya cursadas las citaciones de comparendo ante el Juzgado de Instrucción, por el delito de difamación y exigiendo reparación civil.
REACCION
En Morropón, los moradores han hecho causa común que su párroco. Se sabe que se han iniciado un movimiento general para respaldarlo, y que se disponen a luchar con ahínco y sin desmayo, hasta conseguir tierras de cultivo para quienes las necesitan y puedan atenderlas.

El Concejo de Morropón, en sesión extraordinaria del sábado 26 de abril de 1969, declaró al Padre Eduardo Chapman, “BENEFACTOR Y DEFENSOR DEL PUEBLO MORROPANO.

JOSE LUIS CARLIN RUIZ, 2019.




Hablar de Tondero, es hablar de Morropón, para nosotros ambos términos, son sinónimos, el tondero es como nuestra alma, corre en la sangre desde nuestra procreación y si no se ha nacido en esta tierra, pero vives buen tiempo acá, el tondero penetra tu piel hasta sentirlo tan tuyo como un hijo más de Morropón.
El tondero, nació en Morropón, aquí en estas tierras, aquí se alzaron y agitaron elegantemente los pañuelos, el varón se sacó el sombrero ante la belleza de una dama, varón y mujer zapatearon descalzos al suelo, aquí se forjó una joya llamada tondero.
Fue durante los años 1705 a 1708, durante la época del hacendado, la convivencia de españoles, de indios, de negros esclavos y la presencia de gente de nuestra serranía, dieron lugar a una nueva cultura en esta zona del país. Los indios reducidos, los negros esclavizados, no tuvieron más opción que la de aprender a vivir en sus nuevas condiciones, y en este escenario de días de campo, de noches bajo la luna, entre historias y recuerdos, los antes libres, dieron rienda suelta a sus ritmos, a su arte, a sus sentimientos, reunidos en sus horas de descanso, a escondidas del patrón tal vez, armaban su propia fiesta; entre anécdotas, entre cumananas, entre versos, penas y alegrías, y haciendo uso de una lapa como único instrumento con su clásico pom pom o tum tum nacía el tondero aquí en Morropón, un baile de pareja, único en el cual el varón corteja constantemente a la mujer y en cuyos pasos se veía la galantería del varón intentando conquistar a la mujer y ella mostraba su coquetería, su garbo, sin dejarse "atrapar".
Años después el tondero era bailado al son del arpa pero con la misma picardía y salero de sus primeros días.
El escritor Carlos Espinoza León, natural de Chulucanas, escribió un cuento, en 1985 llamado “Los  Tutunderos”, negros traídos por un hacendado hacia 1865, y a través del cual, le atribuye el origen del Tondero  a las Lomas.
Espinoza León, al parecer, basa su cuento en la afirmación de Manuel Acosta Ojeda, quien en su libro “Aportes para un mapa cultural de la música popular del Perú” opina, respecto al nombre TONDERO, que éste puede venir del Tu tun dé, sonido reproducido por el golpear rítmico sobre toneles vacíos. Los mismos que habían sido construidos por orden del gamonal ecuatoriano para cuando el rio Chipillico traía poca agua, poder almacenarla y que cuando estos estaban vacíos los “tutunderos” los golpeaban rítmicamente. En este caso, solo se está haciendo referencia a la onomatopeya del sonido  tu tun dé,  tu tun dé.
Por tanto no puede atribuirse el origen de nuestro baile a un distrito como las Lomas, sólo por lo que imagina un relato.
Otro elemento importante para descartar fehacientemente la teoría de que el tondero nació en las Lomas, es la propia historia de este distrito cuyo territorio actual pertenecía a la hacienda Suipirá. “En 1827 el dueño de esta hacienda era el español Vicente María Fernández de Otero. Además este español era propietario de las haciendas de Chipillico, Curban y Pelingará. En la hacienda Suipirá, Fernández de Otero utilizaba el trabajo de los campesinos y de los negros esclavos. Años más tarde, en 1867 el ecuatoriano José Ángel Palacio, dueño de esta hacienda, trajo de Loja (Ecuador) varios esclavos con sus familias, de procedencia jamaiquina, quienes construyeron sus vivienda en las faldas de las lomas, ubicadas en la margen izquierda del río Chipillico, popularizándose así el nombre de “Negros lomeños” o los que viven en “las lomas”. En la margen derecha de este río en las terrenos de la hacienda Yuscay de propiedad de Francisco Burneo, vivían campesinos procedentes de Chulucanas y Morropón”. (Si tenemos en cuenta las fechas, es más probable y seguro que los morropanos llevaran el tondero a esos lugares)
El profesor Carlos Arrizabalaga de la UDEP, en un artículo publicado en el 2012, nos recuerda que "López Albújar  cuenta al tondero entre los ritmos que supone que se bailaban en la época  en que transcurre su novela “Matalaché”, ambientada en 1816, pues José Manuel, en medio del desafío, “la emprendió con la música de la tierra, con los tonderos morropanos, de fugas excitantes”.
También nos dice, y este dato es clave, que la señora Pina Zúñiga de Riofrío, en su libro “Música y danza folklóricas de Piura” escrito en 1984, asegura que el tondero habría sido creado hacia el año 1708 en las haciendas de Morropón, a partir de los ritmos de los “mangaches”. Sin embargo no habrían sido con los mangaches llegados desde Madagascar, que nació el tondero, sino mucho tiempo atrás, ya que en la zona de Morropón trabajaban ararás, congos, angolas y caravelíes, tal como se muestra en el contrato de alquiler que hizo el capitán don Juan de Sojo al capitán Juan de Palacios, en 1705, del trapiche de Morropón “con sus tierras, pastos y abrevaderos”
El tondero nació entonces hace más de tres siglos, teniendo en cuenta estos datos, puedo concluir que el tondero nació 152 años antes de la creación del distrito de Morropón, y desde su nacimiento hasta nuestros días han pasado más de 300 años, tan antiguo, propio y morropano nuestro tondero.
En el poema “Los Pitingos”, López Albújar dice: “a un tiempo punto / pónenle un tondero / de esos que son; / solo Guaragua y meneo…". Con esto nos damos cuenta que cuando dice: “a un tiempo punto…” se está refiriendo que al andar los pitingos que cruzaban el Río corral del medio se detenían en nuestro pueblo, en algún chicherio o en la plaza y era aquí donde se contagiaban de la alegría y se bailaban un tondero.
Con el pasar del tiempo, ya siendo Morropón distrito, estoy hablando de 1857, hombres y mujeres que regresaban de la faena agrícola, quedábanse en el “Socavón”, entre el aroma de una refrescante chicha y con el “pom pom pom” de un cajón y el bordoneo de una guitarra, bailábanse un tondero… (Es posible que el cajón y la guitarra hayan tenido presencia desde 1850)
Recién en 1955, 98 años después de que Morropón fue declarado como distrito la Señora Zelmy Rey, Profesora de Danzas Folklóricas y trujillana de nacimiento, “llega a Piura directamente a la Ciudad de Morropón”, en un inicio consideró que el Tondero era una Marinera Norteña “mal bailada”; tiempo después de recoger información y de observar los pasos, lanza sus primeras teorías entre ellas “definió coreográficamente al tondero como un baile de pareja y contrapunto, erótico sin reglas de interpretación…”.
Años más tarde el tondero “llevado” de Morropón, era parte de la gama de bailes o danzas de las academias, naciendo recién, estilos coreografiados como el Tondero de Piura, el Tondero de Catacaos; etc.
En el libro "Historia del Tondero de Campos Albarrán, nos dice que por ejemplo la Academia Zelmy Rey "ha procurado mostrar al público un "Tondero Piurano", es decir un "tondero promedio" de este departamento. Para ello han recopilado pasos y figuras de Morropón, Catacaos y otras localidades".

Morropón es la Cuna del Tondero, ya tenemos muy claro que el tondero nació en Morropón, hace más de tres siglos, y nos preguntamos cómo llegó a expandirse por todo el norte, en una publicación denominada "Historia del Tondero" de Campos Albarrán nos dice que el tondero nace en nuestras tierras e “inicia su influencia por el lado de la sierra Santo Domingo, Chalaco, llega a Buenos Aires, atraviesa fronteras de la región para llegar a Morrope, Olmos, Monsefú y Zaña y por último hacia el norte termina su influencia en la comunidad de Lucuto.
Posteriormente lo hace en la zona del Bajo Piura comprendiendo Catacaos, Sechura, La Arena, la Unión, Comunidad de Yapato, Narihualác  y  el mismo Piura. Luego también en la zona del medio Piura”.
Recientemente en el año 2016, el Gobierno Regional de Piura a través de la Ordenanza Regional N° 374-2016/GRP-CR, en su CONSIDERANDO, reconoce al año 1708, como fecha de creación del Tondero en las haciendas de Morropón.
El tondero nació en la vieja hacienda morropana, por tanto e indiscutiblemente su cuna es y será por siempre, Morropón.


JOSE LUIS CARLIN RUIZ, 2019


EL MUNICIPIO DE MORROPÓN Y SUS LUCHAS POR LA AUTONOMÍA Y CIUDADANÍA POLÍTICA


En 13 de agosto de 1867 el presidente de la Comisión de Demarcación Territorial del Congreso del Perú remite una respuesta escrita a la solicitud presentada por el Síndico del pueblo de Morropón. Entre los elementos que destacan en este informe se encuentran los siguientes: Por Decreto Dictatorial de 18 de agosto de 1866 se elevó a los pueblos de Morropón, Yapatera, Tambogrande, Suyo y Salitral de «reducción» a la categoría de «pueblo». Se trata de un reconocimiento político administrativo que hace el Estado de un tipo particular de agrupación humana organizado en un microterritorio administrado por un grupo poblacional al interior de una hacienda, asignándole la instancia de autogobierno y la obligación de elegir a sus autoridades y mantener la subordinación a la autoridad y mandato del prefecto provincial. El informe precisa que estos agrupamientos humanos son pueblos que tienen las condiciones para «gozar de los derechos políticos señalados por las leyes… que (tienen) una municipalidad, gobernador, jueces de paz, un cura propio, un considerable número de casas y una población de cerca de cinco mil habitantes».
 En el documento se precisa que «la Dictadura practicó un acto de verdadera justicia emancipando, por decirlo así, a esos habitantes del pupilaje en que se encontraban respecto del propietario del fundo» (Macera, 2000: 30-31).
Estamos frente a una reforma política en la que el Estado expropia a la hacienda una parte de sus tierras con la promesa de una indemnización previa tasación en los territorios del Alto Piura. Esta ley precisa la elevación del rango administrativo de caserío a pueblo para asegurar los derechos constitucionales favorables a un conjunto de familias de colonos campesinos y propietarios rurales aglutinados desde finales del siglo XVIII en un microespacio territorial centralizando sus viviendas y negocios agrícolas alrededor de una capilla erigida por orden del obispo Martínez de Compañón. En este proceso de estatización de un sector de la hacienda de Morropón, interviene y realiza las mediciones un ingeniero designado por el Estado y se registra la presencia y actuación del prefecto de Piura, don Ramón Díaz.
 El 12 de noviembre de 1866, se realiza el acto festivo de entrega y posesión del terreno a la agencia municipal y a las autoridades locales. Luego prosigue el trámite administrativo y judicial. Aquí el Síndico Procurador de Morropón solicita mediante un escrito la tasación del terreno y la actuación de un perito. Esta vez el hacendado se resiste, no designó el suyo y por el contrario se negó a colaborar con lo ordenado por el presidente Manuel I. Prado. Pero esto no impidió que en la tesorería departamental las gestiones del pueblo de Morropón avancen; se realiza la tasación y se deposita su valor.
Frente a estas iniciativas apoyadas por los funcionarios de gobierno, el hacendado se resiste organizando un pequeño batallón de hombres armados para la destrucción y quema de casas y a empeñarse en desalojar a los colonos de sus chacras. Estas acciones buscan que la población de colonos campesinos y propietarios rurales abandonen el sitio de Moscalá y se asienten en otro lugar distinto. La resistencia campesina es violenta. Al interior del pueblo se han reforzado los lazos sociales y la identidad grupal alrededor de un templo católico. Las autoridades municipales movilizan a sus vecinos para reconquistar un espacio agrario que les permita reproducir sus bases materiales y acumular pequeñas fortunas ya que Morropón es un sitio clave para articular los negocios de las casas comerciales nacionales y extranjeras asentadas en la ciudad de Piura y articuladas a los pueblos yungas y serranos de Frías, Santo Domingo y Chalaco (López, 2007: 42-71). En efecto, aquí interviene don Federico Manrique, diputado por Piura, quien el 12 de julio de 1867 exigirá a las autoridades nacionales para que el Congreso efectivice la ley de 18 de agosto de 1866 y se cumpla lo ordenado por la Suprema Resolución del Congreso de Huancayo de 1839; se trata de dos recursos jurídicos favorables al pueblo de Morropón. Medio año atrás, don Ramón Díaz, en su calidad de prefecto de Piura, informa por un escrito de 12 de noviembre de 1866 que él había cumplido con lo ordenado por la ley de 18 de agosto de 1866. Esta vez precisa que el terreno asignado al pueblo mide 763.7 metros de latitud por longitud y que sus límites fronterizos llegaban a la casa de Victoriana Giménez, con una acequia, una loma y casas de Enrique Castro, Juan Manuel Carnero y el cerro de Sondorillo.
Esta lucha por la tierra enfrenta dos concepciones ideológicas sobre el proceso de construcción de la República. En la región de Piura, don Manuel Mariano Ramírez, síndico del pueblo de San Ignacio de Morropón solicita que el Estado los proteja y cancele la indemnización al dueño de la hacienda. De otro lado, el propietario de la hacienda, don Pedro Arrese, pugna por conservar la integridad de sus tierras apoyado por abogados y una fuerza armada rural. En su desesperación por quebrar la voluntad incólume de los habitantes del pueblo de Morropón practica una simulada generosidad, ya que ofrece a cambio de las tierras de Moscalá otro sitio llamado «Valdivia», un espacio calificado de pantanoso y epidémico para la vida de las gentes del campo. La denuncia de Manuel M. Ramírez es radical y precisa que los pueblos de Morropón, Chulucanas y Salitral «han gozado desde muy atrás de los derechos políticos señalados por las leyes (tienen) su municipalidad, gobernador, jueces de paz, cura… que (ejercen) sus funciones de autoridades allí constituidas… No puede dejar de ser independiente un pueblo cuyas autoridades necesitan libertad para funcionar y no proceder bajo la tutela del duro coloniaje, sujetándose a los caprichos o conveniencia de un feudalismo injustificable» (Macera, 2000: 33).
Frente a esta posición Arrese renueva sus recursos legales y trata de imponer el miedo usando la violencia y la fuerza física contra los vecinos que apuestan por el «pueblo»; llega incluso a denunciar a los habitantes del pueblo de haberse amotinado contra el hacendado y su arrendatario don Toribio Seminario acusándolos de «ladrones y criminales». Este último personaje había sido autorizado para organizar y movilizar a un grupo armado con gente del campo y de la ciudad de Piura.
La resistencia de los vecinos y de las autoridades se acrecienta y crecen las denuncias contra los Arrese. Este será acusado de asesinato por los familiares de Tomás Moreno quien murió atacado a machetazos por Catalino González, mayordomo de la hacienda de Morropón, el 20 de agosto de 1867. Otro mayordomo llamado Telémaco Pérez será acusado de amedrentar y obligar a abandonar el pueblo a don Juan Manuel Carnero, juez de Paz del distrito de Morropón. Este a su vez denunció que había sido despojado de su «inverna» (valorizado en 8 mil pesos) y de su casa (más o menos 2,000 pesos). No debemos confundir el distrito con el pueblo y la hacienda de Morropón.
Estamos pues frente a un poblado rural que concentra y centraliza a cientos de campesinos colonos y propietarios rurales en un microespacio urbano, que ahora se ocupan de la explotación de sus pequeñas y medianas propiedades y terrenos del distrito y poblado rural de Morropón, antiguamente llamado Moscalá (también Moscalaque). Es un núcleo urbano que asocia a trabajadores colonos, yanaconas y pequeños y medianos propietarios rurales y comerciantes. No se trata solo de campesinos asalariados y arrendatarios de la gran propiedad de Morropón, Buenos Aires, Franco y Pabur.10 El ámbito territorial del distrito comprende la hacienda de Morropón, Payba y Franco. Al interior de cada una de estas propiedades se asientan, en lugares dispersos, las familias de colonos y asalariados rurales. El distrito tiene una población total de 4,024 habitantes. La hacienda concentra una población aproximada de 2,600 habitantes. Los trabajadores y sus familias están «diseminados dentro de un espacio de 12 leguas. Dichos colonos están bien separados unos de otros, haciendo seis ranchos, donde tienen las chacras o su ganado» (Macera, 2000: 37).
En opinión del hacendado Arrese, estos «jamás llegarán a formar un caserío de 100 personas porque no es posible que, por reunirse, abandonen el cuidado de sus intereses». Solo existen siete u ocho grupos de chacras en las haciendas y distantes entre sí de una a cuatro leguas. Al interior de esta geografía residen los colonos. Y para Pedro Arrese «el más considerable caserío es el de Buenos Aires que dispone de un buen temperamento y buenas tierras. Es el mejor de Morropón», ya que tiene agua y es un espacio agroganadero que se ubica a orillas del río Piura.
Don Pedro Arrese y Toribio Seminario insistirán en su proyecto de que este centro poblado de Morropón se reasiente finalmente al interior del distrito de Buenos Aires y no en Moscalá.12 Pero esta posición no será apoyada por el prefecto don Ramón Díaz quien se empeña en legalizar y legitimar a Morropón para afirmarse en el sitio de Moscalá, un microespacio territorial cercado por varios cerros pero con agua suministrada por una acequia variable.
Arrese desesperado acudirá entonces a otros expedientes registrados en la Corte Superior de La Libertad; esta vez se trata de un juicio seguido contra el prefecto de Piura y de una sentencia que le reconocía haber sido despojado de una parte de sus haciendas y en la que vivían y se asentaban numerosos trabajadores colonos de la sierra y yunga costeña. Luego optará por quejarse al Congreso y a la Comisión de Demarcación Territorial. No quería aceptar que una Resolución Suprema del 2 de enero de 1857 refrendado por don Ramón Castilla había creado el distrito de Morropón y quebrado el poder feudal sobre estos territorios «bisagra» con los pueblos de Frías, Santo Domingo y Chalaco. Los principios y valores políticos y morales proclamados en 1821 empezaban a introducirse radicalmente al interior de estos territorios en las que sobrevivían una diversidad de poblados andinos y yungas derrotados temporalmente por el poder oligárquico regional asentado en la ciudad de San Miguel de Piura.


Extraído de República, pueblos y municipios en Piura, siglo XIX
César Espinoza Claudio Universidad Nacional Mayor de San Marcos

Morropón es un pueblo que empieza a figurar en la vida pública de Piura gracias a la actividad misionera religiosa de Martínez Compañón en 1783. En efecto, este  obispo recorrió los valles de La Chira y el Piura en 1784 y realizó una segunda «reducción» de los habitantes dispersos en desiertos y médanos, en haciendas y estancias, en su propósito de profundizar la evangelización cristiana y garantizar un nuevo orden social rural y regional. Administrativamente organiza un nuevo esquema de organización religiosa y busca centralizar a la población alrededor de las capillas, una serie de edificios que serán levantados por los campesinos colonos al interior de las grandes propiedades previa coordinación y donación de pedazos de tierras (ofrecimientos orales y sin documentos escritos) en los dos valles encionados. En efecto, estas nuevas agrupaciones de habitantes bautizados y cristianos figuran como una novedad en el mapa de Piura del último tercio del siglo XVIII; aquí están registradas las poblaciones de La Punta y Querecotillo, Tambogrande, Yapatera, Chulucanas y Morropón. Se trata de un conjunto de pueblos rurales comunicados por caminos y tambos, en su mayoría compuestos por familias multiétnicas asentadas al interior de las haciendas y otro sector poblacional migrante temporal proveniente de los espacios yungas (Colán, Sechura y Catacaos) y serranos (Chalaco y Frías) para garantizar los ciclos agroganaderos anuales (Huertas, 1996). Esta temporal división territorial organizado por Martínez Compañón se consolidará con la visita y la venta de tierras realengas realizados por los funcionarios del gobierno de Abascal en 1812, el proceso de elecciones para la designación de los diputados nacionales y de las autoridades municipales, y también por la participación política y militar de los habitantes de estos pueblos contra el ejército y los hacendados españoles entre 1810 y 1825.
Durante el proceso histórico de construcción de la República los colonos y habitantes de estos pueblos rurales alcanzan una nueva victoria política con la RS del 2 de enero de 1857 por la que Ramón Castilla sanciona la creación del distrito de Morropón y la instalación de su gobierno municipal y articulación al gobierno de Piura y a la nación del Perú.
A comienzos de 1867, Morropón es un pueblo que tiene más de 150 casas, ocupa un espacio geográfico saludable y está ubicado en un punto de «confluencias de varios caminos de tráfico». El lugar de Valdivia, propuesto por el hacendado Pedro Arrese para su traslado, es un sitio que en invierno se convierte en un pantano miasmático. En un informe de Ramón Díaz, prefecto de Piura, se precisa que este pueblo está luchando para gozar de sus legítimos derechos, y que en sus fronteras territoriales se encuentra asentado una población de colonos y arrendatarios que busca la prosperidad mercantil como así lo han logrado los pueblos de Sullana y Querecotillo desde 1839.

Extraído de República, pueblos y municipios en Piura, siglo XIX
César Espinoza Claudio Universidad Nacional Mayor de San Marcos

MI MORROPÓN QUERIDO

(RAMON DOMINGUEZ SAAVEDRA)

Yo no voy a morir

Porque dios santo

Me puso lo negro

Al lado de afuera

Y el corazón

Me lo ha pintado blanco,

Por eso

No quiere que me muera

Y si me muero

Morropón querido

Después de muerto

Escucharas mi canto

Bien sabes Morropón

Te quiero tanto

Qué aun ni muerto

Te echaré al olvido

Tú me diste la vida

Con tu tierra y Dios me ha dado

El cariño de tus gentes,

El sol que alumbra

En tu pradera

Y la luna

Que iluminas nuestras mentes….

ORDENANZA MUNICIPAL Nº 003 /2007/CMM

Ordenanza Municipal que establece la obligación de entonar el Himno del Distrito de Morropón en todos los actos públicos oficiales, así como también su entonación a través de las Radio emisoras locales todos los días domingos y feriados ...

DATOS IMPORTANTES

HABITANTES: 14,421 (SEGÚN CENSO 2007)

POBLACION URBANA: 65.3%

POBLACION RURAL: 34.7%

4,472 HAB. CONFORMAN EL PEA DISTRITAL

2,721 HAB. CONFORMAN EL PEA AGROPECUARIA

4,368 VIVIENDAS

16 CASERÍOS Y 06 AAHH CONFORMAN LAS UNIDADES SOCIALES, ADEMAS DE 4 NUEVAS UNIDADES VECINALES

AGRADECIMIENTO

Porque Morropón merece esto y mucho más, continúo trabajando para que tod@s puedan conocer lo maravilloso que es nuestro pueblo, con sus defectos y virtudes como antes he escrito, Morropón es un "pedacito de cielo".

Quiero reconocer y rendir tributo a Pedro Alvarado Merino, a quien considero mi mentor, el que sembró en mi ese interés por descubrir Morropón, su cultura y sus encantos, al Profesor Kiko Sánchez, con quien siempre compartimos y me permite aprender parte de sus conocimientos solo con el fin de dar a conocer a nuestra querida tierra.

Agradezco a tod@s por sus buenas críticas y comentarios, aportes y sugerencias, por su cariño a esta tierra, su baile, sus paisajes y gastronomía.

Agradezco por haber hecho de este blog el punto on line de encuentro para tod@s quienes realmente amamos y añoramos la tierra que nos ha visto nacer o crecer...


HIMNO AL DISTRITO DE MORROPÓN

CORO

Morropón, Morropón, Morropón

Morropón, pueblo peruano

hoy tus hijos te cantamos

y orgullosos nos sentimos

ser tus hijos Morropón

II

En el gran norte peruano

en el interior de Piura

se levanta una provincia

dentro de ella un gran distrito

el distrito morropano

III

Es tu gente noble y sana

muy heroica en su luchar

hombres y mujeres tratan

de que el pueblo morropano

la grandeza ha de alcanzar.

IV

Morropón pueblo querido

son tres razas que te pueblan,

blanca, chola y morena

tres razas que por si hablan

de tu histórico pasado

V

La ley que te elevo a distrito

la firmó ramón castilla

y en este himno que cantamos

muy henchidos de alegría

nos sentimos morropanos

VI

¡Gloria a dios!, que te habitamos

y a el, todo lo que nos das

gloria pueblo morropano

tu progreso lograremos

con fervor, amor y paz

CORO

Morropón, Morropón, Morropón

Morropón, pueblo peruano

hoy tus hijos te cantamos

y orgullosos nos sentimos

ser tus hijos Morropón

LETRA Y MUSICA:

PROF. CLOVIS EMILIO PINTADO FRIAS


A MORROPON

De: Enrique López Albújar


¡Ah, morropón, gran Morropón!

pueblo con el alma suicida,

el arrozal te da la vida

y el arrozal es tu blasón.

Mientras te afanas por vivir

y te debates miserable,

una guadaña inexorable

te va segando el porvenir.

Tu mayor mal, no es el patrón,

ni la cosecha que se pierde,

pues peor que el hambre, cuando muerde,

es el pantano morropón.

El hombre, al fin, es un mortal,

la tierra, al fin, es reducible;

pero el pantano es impasible,

porque impasible es lo fatal.

Sigue labrando con ardor,

pero al labrar piensen tus mozos

que en cada charco de tus rozos

acecha un diablo destructor.

Si en otros tiempos el puñal

tiñó de sangre tu alegría

y en cada fiesta un muerto había,

hoy mata más el arrozal

De que le sirve al sembrador

sembrar la vida que de el fluye,

si hay una garra que destruye

lo que ha sembrado con amor.

De que le sirve velar fiel

la madre al hijo, si una tumba

es cada cuna mientras zumba

en torno de ella el anofel.

¡Ah, morropón, gran Morropón!,

haz un prodigio ante este azote

y pon en ver tu vida a flote

un poco mas de corazón.

Tu siempre fuiste vertical

en todo trance ante el Señor,

y solo como labrador

te doblegaste al arrozal.

Pon menos alma al placer

y más ensueño en la cabeza

deja, si quieres tu grandeza,

puñal y copa, arpa y mujer.

¡Ah, morropón, gran Morropón!,

no te envanezca tu blasón

piensa más bien que el arrozal

es tu pecado original,

que está pidiendo redención.

EL DISTRITO DE MORROPÓN EN LA MANCOMUNIDAD

El DISTRITO DE MORROPON, integra ahora espacios geográficos que comparten una misma, con un potencial productivo y actividades económicas similares.

Esto permite que Morropón al igual que muchos otros distritos puedan acceder a proyectos integrales que solucionan gran parte de su problemática.

LAS MANCOMUNIDADES QUE INTEGRA MORROPON son:

LA MANCOMUNIDAD DEL CORREDOR ANDINO CENTRAL: conformada por los siguientes distritos: PACAIMPAPA, FRIAS, SANTO DOMINGO, CHALACO, YAMANGO, SANTA CATALINA DE MOSSA Y MORROPON.

La siguiente es LA MANCOMUNIDAD VICUS ALTO PIURA, integrada por CHULUCANAS, MORROPON, LA MATANZA Y BUENOS AIRES.

Asimismo integra corredores económicos en los que se trabaja por ejemplo el tema de las cadenas productivas, como es el caso del CORREDOR ECONOMICO CENTRO SUR integrado por SAN JUAN DE BIGOTE, SALITRAL, BUENOS AIRES Y MORROPON.

También forma parte de la SUB CUENCA LA GALLEGA integrada por: SANTA CATALINA DE MOSSA, SANTO DOMINGO Y MORROPON

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BIBLIOGRAFÍA

Para la elaboración del presente blog se ha consultado libros como: "HISTORIA Y CULTURA DE MORROPON", del Prof. PEDRO ALVARADO MERINO; "VOCES Y LETRAS DE MORROPON", del Prof. JUSTO FEDERICO SANCHEZ CRUZ"; REVISTA REGIONAL "EN LA MIRA" y "MORROPON 2007, CONOZCA NUESTRA TIERRA", ambas de: JOSE LUIS CARLIN RUIZ.

MAPAS: Edin Sullón Aranda

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