- enero 29, 2018
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JOSE LUIS CARLIN RUIZ, 2018
Estaba leyendo, creo por décima vez, el material que me prestó el Profesor
Mañuco Alvarado, tal vez con la intención de que no se me olvide nunca ningún
detalle, y es que estoy asumiendo el
compromiso de trasmitir a las generaciones que vengan después, todo sobre la
rica historia cultural de nuestro Morropón. Entre los archivos, hay una
publicación de 1998, escrita por Juan Alvarado Chuyes, en ella hace una hermosa
memoria al libro “Historia Geografía y Folclore” del “padre de la historia
morropana, Pedro Alvarado Molero y me llamó mucho la atención de como el autor
de esa publicación no solo habla de los
hombres y mujeres de Morropón, sino también del potencial que tiene nuestra
tierra como
para que “hace rato” ya se hubiera convertido en el distrito líder
en la provincia, una descripción que ahora, después de 30 años puede resultar
una utopía, pues con tantos años el “paisaje” no ha cambiado mucho. No estoy
hablando solo de un paisaje físico, sino más bien de un paisaje completo donde
se haya pintado el desarrollo humano, cultural, económico, social, turístico, calidad
en los servicios; etc, un paisaje donde se hayan pintado nuestros sueños, un desarrollo sostenible en el tiempo, que le
dé a Morropón la calidad de vida que ya debería tener.
Voy a transcribir textualmente algunos
párrafos de la publicación y ayúdeme estimad@ lector (a) a concluir, si
seguimos siendo, me incluyo, hombres o
mujeres más bravos que la misma tierra que
nos esforzamos por construir un nuevo paisaje:
“Ahí está, en ese retrato auténtico,
luminoso y profundamente humano, el Morropón de siempre. Ubicado,
geográficamente, en una zona propicia para crear el espíritu, con aire de marineras, tonderos
y cumananas. En olor a tradición. Saturándose de historia y regalando, para
propios y extraños, la rica urdimbre vernácula de su folclore, con su dejo
altamente cantarino.
Ciertamente, para decirlo con palabras
de Pedrito, “este espacio geográfico triangular, ubérrimo y bucólico, cordón
umbilical de gentes tiernas, amorosas y hospitalarias, pacíficas y bravías,
protocolarias y jacarandosas, pícaras y
talentosas, se baña la vida, en las aguas frescas y cantarinas del folclore que
mana a flor de pecho en estas gentes morenas”…
… Son, también, los esforzados
constructores de un nuevo paisaje. Hombres y mujeres de la tierra brava que,
cuando llega el caso, son más bravos que esa misma tierra. Hombres de tez curtida
por un sol piuranísimo y agraciadas, hermosas mujeres que…¡Para que les
cuento!.
Y son, en fin gentes que, en los
distintos campos donde la vida es lucha,
no han regateado jamás su concurso para
ponerse al servicio de la Patria y la Cultura. Don Felipe Cossío del Pomar,
pintor de fama mundial, es un ejemplo. Y aún don Enrique López Albújar,
morropano por adopción, es otro ejemplo.
En ese mismo sentido, si mucho me
apuran, yo puedo colocar, en la vía de los ejemplos, el nombre de Pedro Miguel
Alvarado Merino, corriéndome el riesgo de que
el hombre me rectifique. Que así es de humilde el paisano…
Hago aquí un alto a la trascripción
para invitarle a la reflexión y
preguntarle: Si usted fuera un estudiante y le dejaran como tarea que mencione
a cinco personajes actuales que reúnan esos requisitos ¿a quién listaría y porque? Si hubiera más de cinco ¡genial! Si
acaso usted que está haciendo la tarea piensa que cabe perfectamente en este
perfil, no dude en anotarse, no es válida la modestia. Y si piensa que no hay ninguno, simplemente deje las
líneas en blanco, no va a salir desaprobado por dejar vacías las líneas,
siempre y cuando anote su justificación.
El texto continúa diciendo: “Por si
acaso, sépase bien que ni Pedrito ni yo aceptamos la aseveración según la cual
el negro es color “humilde”. No, no. Nuestra humildad, en cualquier caso, nos llega por otros caminos. Como lo que es. Como una
virtud religiosa. Como un sentimiento venerable. Nada más. Pero también nada
menos…
… Pero lo que si está bien mencionado
en la obra en mención es la vieja aspiración morropana a tener su propia
provincia. Aspiración a la que, en razón de justicia, no renuncian ni a palos.
Y que por lo que sabemos, solo será una realidad, viva y concreta, cuando sea
creada la Provincia de Morropón, con su capital Morropón. Casi nada. Pero es
todo.
Vivo aún don Enrique López Albújar
sumó su adhesión a dicha cusa. Aunque, así mismos, el viejo patriarca, en
versos inolvidables dedicados a Morropón, -¡Gran Morropón!-, formuló a todo el
pueblo este concejo: “Pon menos alma en el placer y más ensueño en la cabeza //
deja si quieres tu grandeza// puñal y copa arpa y mujer”… ¡Sin comentarios!
Y bien. En el ameno desfile de
estampas, historias y narraciones, que el profesor Alvarado recoge en su libro,
vibra nítidamente el alma de todo un pueblo. De
un pueblo de gentes nobles, hospitalarias, caballerosas, emprendedoras…
Termino el texto imaginando un paisaje
donde todos tenemos las mismas oportunidades, un Morropón hermano, donde el pueblo
no mira a sus autoridades con recelo, sino más bien camina con ellas, porque
sabe que lo representa y busca el bienestar para tod@s. Un Morropón donde todas
sus instituciones se caracterizan por su integridad y no hay espacio para la
corrupción. Un pueblo que lee y escribe su historia. Un paisaje donde la gente
aun baila un tondero porque su sangre lo reclama y donde la voz del alma se hace cumanana.
Imagino un paisaje que deberíamos
haber pintado hace tiempo, si fuéramos
aún gente más brava que la propia tierra, si nos hubiéramos seguido
esforzando, si los sueños no se hubieran esfumado, si fuésemos buenos
ciudadanos, más humanos, más morropanos.
Si ya no hay gente así, entonces SE
BUSCA…
Basado en el artículo “Netamente de
Morropón” de Juan Alvarado Chuyes, publicado el jueves 5 de mayo de 1988 en el
Diario El Tiempo de Piura.
- enero 29, 2018
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Con esta pequeña publicación quiero
compartir lo que escribiera Victor G.
Mendoza el año 1994, sobre el festival de tondero realizado ese año, en donde
destaca la importancia de que éste se realice a
ritmo de cajón y guitarra y donde además hace recordar con nostalgia al
Grupo “Así canta Morropón”.
EL FESTIVAL DE MORROPÓN
Víctor G. Mendoza
Diario el Tiempo 27 de noviembre de
1994
Por algo Dios designó a Morropón como cuna del tondero y de ese
privilegio divino gozamos, plenamente,
los que tuvimos la suerte de asistir
al Primer Festival de Tondero y Cumanana.
Las noches del 17 y 18 de noviembre,
serán inolvidables porque Morropón recuperó la originalidad y propiedad del
tondero, tanto en su baile, como en el toque de las guitarras, cajón y de la
forma de su canto.
Las parejas bailaron magistralmente el
tondero, lo hicieron con un derroche de
gracia, salero, arrogancia, cimbreo de cintura y contorneo de caderas. Para los
que integramos el jurado nos fue muy difícil
calificarlas y lo más hermoso fue la participación de los niños de las
categorías de infantes e infantiles.
Grata sorpresa fue escuchar los
tonderos, Frutos de gran sabor y La Pediche, pertenecientes al famoso
cumananero Ramón Domínguez. “El Padre Tondero”
fue considerado Monseñor Pablo Alvarado
Arrate, quien es un buen compositor de tonderos, tiene dieciséis composiciones
y la escuchamos n esas maravillosas noches se titula “Ay, Tondero de mi tierra”.
Lo más interesante de este festival lo
constituyó el conjunto musical Así canta Morropón, formidable elenco integrado por tres damas y cuatro
jóvenes y su director. Nunca había escuchado
cantar tan bonito los tonderos que interpretaron. Ellos, recién hace
tres meses, se han unido y formado ese maravilloso grupo.
Pienso que el esfuerzo de
instituciones y personas amantes de nuestro folclore, que se propusieron rescatar
nuestro tondero, es decir el verdadero tondero, tanto en su toque, canto, baile
y coreografía, están satisfechos con los resultados del primer festival. ¡Salud
por el tondero!
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